ENTREVISTAS PAMELA CERDEIRA

'No se nace siendo violento, se aprende desde la infancia'

Celia Arteaga explica cómo la violencia aprendida desde la infancia perpetúa el maltrato y qué podemos hacer para romper el ciclo.

La violencia aprendida: un círculo vicioso que podemos romper.
La violencia aprendida: un círculo vicioso que podemos romper. Créditos: Cuartoscuro, Freepik
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Entrevista a Celia Arteaga/ Pamela Cerdeira

En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Celia Arteaga, coordinadora del doctorado en estudios críticos de género de la Universidad Iberoamericana, habló de la violencia contra la mujer que presenciamos en la infancia.

Celia Arteaga señaló que la violencia no es un hecho aislado, sino un patrón de comportamiento que se aprende y se reproduce a lo largo de las generaciones.

“Tenemos muy normalizado el maltrato, desde un grito hasta ignorar a alguien”, explicó Arteaga. Este tipo de comportamientos, aunque parecen inofensivos, son la base de patrones de violencia que pueden escalar con el tiempo, incluso hasta un feminicidio.

La especialista enfatizó que trabajar en la prevención desde las primeras infancias es crucial: “Si aprendimos a ser violentas, también podemos aprender a no serlo”.

Los círculos de violencia, especialmente en relaciones de pareja, son complejos y se perpetúan porque muchas veces no se reconocen.

“Las personas no salen de estos ciclos porque está normalizado que separarse o divorciarse está mal, y la responsabilidad recae más en quienes sufren violencia que en quienes la ejercen”.

La coordinadora del doctorado en estudios críticos de género detalló que uno de los mayores obstáculos para romper el ciclo de violencia es la falta de autocrítica, por ello, sostiene que es fundamental reconocer si hemos ejercido violencia en algún momento.

“No debería darnos pena aceptar que fuimos violentas. Reconocerlo es el primer paso para desaprender y construir relaciones más horizontales”, afirma.

El camino hacia una sociedad libre de violencia pasa por nombrar las conductas que perpetúan el maltrato y desaprenderlas. Aunque se han logrado avances en la autonomía de las mujeres, como decidir sobre la maternidad o la educación, Arteaga enfatizó que queda mucho por hacer.

“Si no nombramos las conductas violentas, no vamos a mejorar” detalló Celia Arteaga, coordinadora del doctorado en estudios críticos de género de la Universidad Iberoamericana, que habló de la violencia contra la mujer que presenciamos en la infancia.