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Las olas de calor se están incrementando debido al cambio climático y sus efectos son aún más intensos y duraderos en las ciudades. De acuerdo con un estudio publicado en la revista de Fisiología Aplicada incluso las temperaturas moderadas de hasta 34° Celsius, pueden provocar un aumento constante de la frecuencia cardíaca si se combina con condiciones de humedad ambiental.
Este aumento, también conocido como tensión cardiovascular, ocurre incluso antes de que la temperatura interna de una persona comience a subir, lo que genera un incremento progresivo de la frecuencia cardíaca, que demuestra que el corazón empieza a luchar contra el calor ambiental.
Mientras más personas se expongan a las olas de calor ambiental y a las islas de calor urbanas, estarán potencialmente en riesgo, sobre todo cuando hay esa mezcla de calor y humedad.