Audio relacionado
En entrevista para MVS Noticias con Manuel López San Martín, el padre Javier Ávila habló de la conmemoración del primer aniversario luctuoso del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Chihuahua.
Señaló que la Sierra Tarahumara está siempre en el escenario por la pobreza, la marginación, el clima y la cultura; pero volvió debido al asesinato de los dos sacerdotes.
"Hace muy patente, muy obvio, algo que le cuesta trabajo para las autoridades aceptar y tocar en serio, que no hay seguridad", dijo.
Te podría interesar
Consideró que se deben de analizar las estrategias que se tienen en materia de seguridad a nivel estatal y federal.
Recordó que días antes de que ocurriera el hecho, estuvo en una reunión con el fiscal general, en que conversaron acerca del que posteriormente fuera el perpetrador del ataque.
"Yo le decía detengan al sujeto, porque si no lo detienen, les van a aventar el cuerpo del sujeto a los pies y eso va a ser una vergüenza y una derrota, tanto federal como estatal", expresó.
Apuntó que la justicia no se hace con balas, sino a través de un proceso, una investigación, y diálogo; por lo que consideró no se dio justicia al caso de los sacerdotes jesuitas, pese a que las versiones oficiales señalan que el hombre habría sido abatido en un enfrentamiento.
Autoridades ya seguían al sospechoso antes de los asesinatos
Mencionó que en los documentos publicados en los llamados Guacamaya Leaks, se dice que el gobierno federal le daba seguimiento al responsable del ataque, desde dos años antes.
"Sabían perfectamente sus movimientos, sus acciones, actividades, etc. Entonces dos preguntas me surgen, si hace dos años tenían ubicada su persona, sus movimientos ¿por qué nunca lo detuvieron?", abundó.
También cuestionó que el sujeto desapareciera del radar de las autoridades, luego de perpetrar el asesinato de los sacerdotes.
El padre Javier Ávila agregó que la impunidad es una ropa que está vistiendo a todo el país.