Robert Redford, ícono de Hollywood, deja un vacío en el cine tras su partida a los 89 años. Pero más allá de su talento en la pantalla grande, el actor siempre mantuvo un vínculo especial con México, un país que marcó recuerdos de su infancia y que influyó en su mirada hacia la vida y el arte.
Robert Redford no solo fue una leyenda de Hollywood, pues también tenía un cariño muy especial por México. Cuando era niño en Santa Mónica, California, vivía rodeado de vecinos mexicanos y en algún momento compartió que jugaba con ellos y que creció aprendiendo de sus costumbres.
A lo largo de su carrera, Redford siguió conectado con México. Produjo películas latinoamericanas como Diarios de motocicleta y siempre buscó historias que mostraran la humanidad de las personas. Para él, esas primeras vivencias con la comunidad mexicana fueron muy importantes en su carrera para desarrollar su mirada artística y humana.
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Incluso en sus homenajes en México, Redford no podía evitar mostrar emoción. En el Festival Internacional de Cine de Morelia, recordó su infancia y expresó lo feliz que se sentía de regresar a un país que lo había marcado tanto.
Momentos inolvidables de Robert Redford en México
En 2019, durante la 17ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), se proyectó su película Dos hombres y un destino por el 50 aniversario del filme. Mientras sonaba “Raindrops Keep Fallin’ on My Head”, Redford se mostró agradecido y conmovido ante el cariño del público mexicano.
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Además, el FICM le dedicó una butaca y una sala de cine con su nombre, un gesto que él calificó como un honor que siempre llevaría consigo.
Estoy extremadamente conmovido y abrumado por tanta gratitud. Los reconocimientos me hacen ser un poco tímido porque no sé qué hacer o decir, pero de manera profunda y con gran humildad les digo: gracias.
Robert Redford creó un vínculo único con México
Redford siempre afirmó que crecer rodeado de mexicanos moldeó su manera de contar historias y de ver el mundo. Además, compartió que de esta manera fue como aprendió a valorar la diversidad y a conectar con la esencia de las personas.
Esa convivencia me enseñó a respetar y a valorar la diversidad cultural. Creo que eso, en parte, me llevó a contar historias más humanas, más cercanas
Desde aquellos días en Santa Mónica hasta sus homenajes en México, su cariño por el país fue constante y la influencia de esas primeras amistades y experiencias permaneció con él toda la vida.