El reciente estreno de Chespirito: sin querer queriendo en la plataforma Max ha provocado un renovado interés en la historia de uno de los personajes más entrañables de la televisión en español: El Chavo del 8. Pero más allá de la nostalgia, la serie también ha abierto el debate sobre la veracidad del origen del personaje. A continuación te decimos las diferencias.
El origen de El Chavo según la serie de Max
En el cuarto episodio del programa biográfico, se muestra el momento en que Rubén Aguirre, actor que interpretaba a Lucas Tañeda, decide dejar el programa para tomar una oferta como animador en otra cadena.
Esta decisión obliga a Gómez Bolaños a crear un nuevo sketch para mantener el interés de la audiencia. La inspiración, según la serie, llega tras un paseo con sus hijos al parque, donde un conflicto con un globero le despierta la idea de un nuevo personaje.
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En esta versión, la figura de El Chavo surge de una conexión emocional con el pasado de Roberto, quien —cuando era niño— habría vivido una temporada con otros familiares, lo que marcó su visión sobre la infancia y la soledad. Esa vivencia sería la semilla de lo que, años después, se convertiría en El Chavo.
La serie también muestra que, en un principio, los directivos de la televisora no confiaban en el proyecto, pues lo consideraban demasiado infantil. Bolaños defendió su creación argumentando que, si bien el personaje era un niño, sus historias tocaban temas universales como la amistad, el abandono, la pobreza y la esperanza.
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La versión de Chespirito en su autobiografía
Según su propio relato, el personaje de El Chavo nació de manera mucho más práctica y espontánea. Ante la salida de Rubén Aguirre, Bolaños decidió cancelar el sketch de Los Chifladitos y buscar una nueva idea para el programa.
Durante ese proceso, reutilizó un guion desechado sobre un niño pobre que discutía con un vendedor de globos, en el que él mismo interpretaba al niño y Ramón Valdés al globero. La escena funcionó bien con el público, lo que lo motivó a desarrollar más a fondo al personaje. Semanas después, nació oficialmente “El Chavo”.
Ambas versiones coinciden en algunos elementos, pero discrepan en la inspiración central: mientras la serie apuesta por un enfoque más emocional y biográfico, el autor describe un proceso más técnico y ligado a la improvisación ante una urgencia creativa.
Lo cierto es que, independientemente de su origen exacto, El Chavo del 8 logró conectar con millones de personas gracias a su ternura, sus enredos inocentes y su reflejo de la realidad de muchos niños en América Latina.