Con el estreno de "Chespirito: sin querer queriendo", la nueva serie biográfica de Max, muchas anécdotas del universo del Chavo del 8 han regresado al foco público. Los recuerdos de aquel exitoso elenco han despertado la nostalgia, pero también han abierto la puerta a historias poco conocidas que ocurrieron fuera de cámaras.
Una de esas historias, que rara vez se menciona, es la relación entre María Antonieta de las Nieves, mejor conocida como la Chilindrina, y Graciela Fernández, la primera esposa de Roberto Gómez Bolaños. Aunque ambos formaban parte de mundos distintos, una frente a las cámaras y la otra lejos de los reflectores, compartieron un vínculo singular por el entorno en el que convivieron.
Durante años, su cercanía estuvo marcada por la figura de Chespirito, pero también por la convivencia detrás del escenario. Si bien no eran amigas íntimas, tampoco existía entre ellas una enemistad, y su trato era cordial, especialmente en eventos sociales o familiares en los que coincidían.
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En una entrevista con Yordi Rosado, la actriz y comediante habló con honestidad sobre Graciela Fernández, la primera esposa de Chespirito. Lejos de rivalidades, dejó claro que siempre sintió respeto y cariño por ella. Incluso contó que, aunque mucha gente pensó que tenía un amorío con "Chespirito", entre ella y Roberto Gómez Bolaños nunca hubo un romance. Lo que sí hubo fue una relación cordial, y una profunda gratitud hacia Graciela por su trato amable.
"La Chilindrina" recuerda con cariño a la primera esposa de Chespirito
María Antonieta recordó que mucha gente llegó a pensar que ella y Chespirito estaban casados cuando recién se conocieron, gracias a la cercanía que tenían y lo bien que se entendían. “Porque nos llevábamos tan bien. Y nos veíamos los dos chiquitos de la misma onda”, explicó en la entrevista.
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Mucha gente pensó que Chespirito y yo estábamos casados cuando apenas empezábamos
Pero la realidad era diferente, y más que alguien lejano, pues Graciela Fernández era para ella una persona muy cercana, casi como una familia y esa relación iba más allá de la simple amistad, pues también ha compartido que Graciela fue un apoyo emocional en su vida.
La esposa de Chespirito, bendito sea Dios, que existió, doña Graciela Fernández era una mujer extraordinaria. Yo no he conocido otra mujer como ella
Graciela fue mucho más que la esposa de Chespirito, pues para María Antonieta también representó una figura materna en uno de los momentos más duros de su vida. Compartió que ella la apoyó cuando quedó huérfana, la orientó con cariño y la trató como a una hija. Esa cercanía dejó una huella profunda en su corazón.
Me adoptó como si yo fuera su hija. Me aconsejó muchas veces lo que tenía yo que hacer y no hacer. Yo estaba muy jovencita cuando murió mi mamá, murió mi papá. Me quedé sola. No sola porque la tuve a ella, ella me ayudó muchisísimo
Así terminó la relación entre María Antonieta y Florinda Meza
Aunque María Antonieta de las Nieves encontró en Graciela Fernández una amiga maternal y en Chespirito un guía cercano, su vínculo con Florinda Meza fue una historia completamente distinta. En sus primeras etapas dentro del elenco, ambas actrices convivían con frecuencia, pues salían juntas, compartían tiempo como las únicas mujeres jóvenes del grupo, pero con los años la relación cambió y terminó en un distanciamiento que nunca se resolvió del todo.
Ese alejamiento se intensificó tras un malentendido que involucró un viaje, la aduana y un par de abrigos de piel. Desde entonces, las cosas no volvieron a ser iguales. Para María Antonieta, la verdadera conexión siempre estuvo en la familia original que se formó dentro del set, encabezada por Graciela y Chespirito. “Él era como mi papá”, dijo con cariño, dejando claro que su afecto no estaba donde muchos creyeron.
