La historia de Kurt Cobain no solo se trató de éxito, sino de tormentos y un final terrible que por muchos años fue un misterio.
Tras su suicidio miles de historias se contaron sobre él, pero con el paso de los años estas tomaron rumbo, dejando claro que este famoso integrante del club de los 27 desde su niñez sufrió una vida tormentosa.
Kurt Donald Cobain nació el 20 de febrero de 1967, en Washington, Estados Unidos, fue cantante, músico y compositor, un ícono en la escena musical y referente del estilo Grunge.
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Fue con su sencillo ‘Smells Like Teen Spirit’, de su segundo álbum Nevermind (1991) que logró catapultarse como una de las mejores estrellas del rock alternativo, y al estilo grunge a nivel mundial.
Este 2023 cumpliría 56 años; sin embargo, su lucha contra la depresión, su adicción a la heroína y su nula capacidad de sobrellevar su fama, lo orillaron a quitarse la vida el 8 de abril de 1994.
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Kurt Cobain dejó una nota suicida ¿a quién la dirigió?
El cantante de ‘The Man Who Sold The World’ fue encontrado muerto en su casa de Seattle, la causa de muerte, una herida autoinfligida en la cabeza por una escopeta tres días antes.
Antes de cometer dicho acto el músico dejó una nota dirigida a un personaje llamado Boddah.
Pero ¿quién fue Boddah? Durante la vida de la estrella este nombre fue muy relevante incluso lo acompañó desde su infancia, y ahora sabemos que nunca lo dejó.
Este amigo imaginario fue producto de su constante búsqueda de escapar de la realidad y para enfrentar la soledad de su niñez.
Boddah ocupaba los silencios a los que Cobain tanto temía, incluso se cree que él le sirvió de inspiración para empezar a cantar, y para crear sus famosas letras.
Fue tan importante para él que su nota suicida fue dedicada a su amigo, confesándole que llevaba varios años sin inspiración para crear y escribir música.
¿Qué decía la carta suicida de Cobain?
El cadáver del artista fue encontrado tres días después, junto a esta carta llena de confesiones, decepciones, amor, pero sobre todo falta de ánimo y gusto por vivir.
Para Boddah:
Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería de ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk-rock que seguí a lo largo de estos años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno resultó cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo Rock'n'Roll.
Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectan a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo.
No los puedo engañar, a ninguno de ustedes. Simplemente no sería justo ni para ustedes ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario.
Lo intenté todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme, Señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya sucedieron. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño.
En estas tres últimas giras aprecié mucho más a toda la gente que conocí personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé!
Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho a como había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me convertí yo. Lo tengo todo, todo.
Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general... Sólo porque a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente.
Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente.
Paz, amor y comprensión.
Kurt Cobain
Frances y Courtney, estaré en su altar.
Por favor Courtney, sigue adelante, por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!?
Tras estas palabras Kurt Cobain dejó su carta suicida para Boddah, se recostó en el suelo de su invernadero, colocó una escopeta calibre 20 en su pecho, con la punta del cañón en su barbilla, y apretó el gatillo.