El 2 de febrero de 1852, en Aguascalientes nació un ícono del arte contemporáneo: José Guadalupe Posada, el padre de La Catrina y precursor de la caricatura.
Una vida llena de misterio y su triste muerte son solo algunos de los fragmentos de la mítica vida de este creador que a poco más de un siglo sigue siendo referencia de nuestro país.
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Guadalupe Posada, el legado que nunca supo que dejó
Cuando hablamos de José Guadalupe nos remitimos a una parte importante de la historia del arte mexicano del siglo XIX y del XX, su legado fue toda una influencia en generaciones de artistas posteriores a él.
Su historia completa es todo un misterio e incluso su propia imagen lo es, pues de él solo se conocen dos fotografías; de vida personal se conoce poco o casi nada.
A pesar de haber trabajado en diversos diarios, casi ninguno habla de él, incluso después de su muerte fueron escasos los obituarios en los tabloides que le dieron un adiós.
Esto sorprende aún más cuando Posada es el precursor de uno de los movimientos informativos más llamativos, la caricatura, que sin duda en esa época se volvió un parteaguas, además de su personaje principal La catrina, que, aunque él oficialmente no la llamó así, actualmente es una de las imágenes más simbólicas de México.
Muere Posada, viven sus obras
Fue en 1933, dos décadas después de su muerte, que alguien descubrió las obras de este gran artista. El pintor francés, activo en México y en los Estados Unidos, Jean Charlot fue el que reveló las grandes obras y la influencia de Posada luego de trabajar sobre las planchas del fallecido pintor.
Actualmente Posada sigue surgiendo del abismo, y aunque jamás pudo disfrutar del legado que estaba dejando, hoy está más vivo y México y el mundo sabe que José Guadalupe Posada es el creador de La Catrina y precursor de la caricatura.