Un día como hoy, en el año 1883, nació en Zapotlán el Grande, José Clemente Orozco, una de las figuras más representativas del movimiento muralista en México. Además de ser uno de los principales exponentes de este movimiento artístico, también fue caricaturista y litógrafo.
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Los grabados del ilustrador José Guadalupe Posada, reconocido por sus ilustraciones de catrinas, lo inspiraron a adentrarse en el dibujo. Después de estudiar dibujo arquitectónico, a los 20 años sufrió un accidente con pólvora el cual le hizo perder la mano izquierda. Fue así como Orozco optó por abandonar la arquitectura y dedicarse completamente a la pintura.
Entre 1911 y 1916 colaboró como caricaturista en ‘La Vanguardia’ y ‘El Hijo del Ahuizote’, en donde plasmaba los barrios bajos de la ciudad para tratar el tema con una evidente crítica social. Fue a partir de aquí que sus obras comenzaron a tomar fuerza y a volverse populares en México.
En 1922 se unió a Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y demás artistas en el sindicato de pintores y escultores y fue ahí donde crearon el movimiento muralista mexicano con la finalidad de promover el arte sin las innovaciones procedentes de Europa y crear arte con compromisos sociales y políticos.
En 1946 se convirtió en el miembro fundador de El Colegio Nacional y Premio Nacional de Artes. Tres años después, el 7 de septiembre de 1949, falleció a causa de una insuficiencia cardiaca y sus restos fueron enterrados en la Rotonda de los Hombres Ilustres en Guadalajara, Jalisco. Actualmente, parte de su obra se encuentra en el Palacio de Bellas Artes, en el Museo Nacional de Arte y en el Hospicio Cabañas.