El fotoperiodista estadunidense Charlie Cole, autor de la histórica foto “Hombre del tanque” de la plaza de Tiananmen, falleció la pasada semana en Bali (Indonesia).
Cole, de 64 años y residente en Bali desde hace 15, fue uno de los fotógrafos que tomaron fotos de la escena desde el balcón de un hotel de Pekín: él y su famosa foto ganaron el World Press Photo de 1990.
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La instantánea por la que Cole es más conocido, que dio la vuelta al mundo y se convirtió en una de las fotos más icónicas del siglo pasado, muestra a un hombre plantado frente a una columna de blindados en la avenida pequinesa de Chang’An, como protesta individual, después de que cientos de jóvenes murieran en la plaza horas antes.
Susan, la hermana de Cole, anunció el fallecimiento de su hermano a sus allegados, a los que reveló que murió el pasado 5 de septiembre de septicemia provocada por una lesión en la pierna que había sufrido recientemente.
“Charlie recordaba con cariño los años que había trabajado como un fotoperiodista apasionado que buscaba la verdad y las amistades forjadas por las experiencias compartidas con hombres y mujeres afines, un poco chifladas y amantes de la vida. Charlie se zambulló de lleno y con todo su corazón en la vida”, escribió Susan.
La primera persona que informó sobre la muerte de Cole fue el periodista John McBeth, que conoció al finado durante tres decenios y escribió un extenso obituario en el diario hongkonés South China Morning Post.
“Solía almorzar con él cuando visitaba Bali. (Cole) era un fotógrafo con un gran talento, dotado con la mente inquisitiva de un periodista”, dijo McBeth, que añadió que Cole era “exageradamente humilde, por lo que hay muchas cosas de su vida que desconozco”.
En una entrevista con Efe realizada hace una década, Cole explicaba que tomó la foto “con una Nikon y una lente de 300 milímetros, desde un balcón que estaba muy lejos, a unos 200 metros de la escena”, desde la habitación de Stuart Franklin, en la octava planta del hotel”.
Después de haber dispersado a la gente que había regresado a la plaza esa mañana, una columna de 25 tanques avanzó por la avenida.
“De la nada apareció ese joven, con una chaqueta en una mano y una bolsa en la otra, y se puso delante de los tanques. No podía creerlo. Pero seguí disparando convencido de que lo iban a matar. Para mi asombro, el tanque se detuvo”, explicó el fotógrafo.
Luego, anticipándose a la policía, que la noche anterior lo asaltó con una picana eléctrica en la recepción del hotel, escondió los carretes en la cisterna del váter.
Precisamente el pasado junio se cumplieron treinta años de la matanza de Tiananmen, un suceso que a día de hoy el Gobierno continúa sin reconocer, rehuyendo responsabilidades, negando la evidencia y criminalizando a las víctimas de la represión que puso fin a las manifestaciones estudiantiles.
De hecho, hasta el día de hoy, la identidad y el destino del “hombre del tanque” aún no están claros y la imagen permanece bloqueada en las censuradas redes chinas.
Nacido en Bonham (Texas, EEUU), Cole se graduó en periodismo en la Universidad de Texas en Denton en 1978 y, gracias a la profesión de militar de su padre, su trabajo estuvo ligado frecuentemente al ejército, cubriendo conflictos como el levantamiento del pueblo filipino en 1985 o las manifestaciones estudiantiles de Corea del Sur de mediados de los ochenta.
Tras un accidente de tráfico, su pierna quedó destrozada y acabó cambiando su profesión por la fotografía comercial.