El titular del Servicio Arqueomagn\ético Nacional de esta casa de estudios, Avto Goguitchaichvili, se\ñal\ó que este avance es significativo, porque los c\álculos indican que la nueva cronolog\ía: entre los a\ños 312 y 409 d.C., coincide con un gran auge de la pintura mural en esa ciudad.
Adem\ás, la dataci\ón de \éstas y otras piezas permitir\á ampliar la informaci\ón y conocer mejor la historia del complejo arqueol\ógico de Mesoam\érica, indic\ó en un comunicado de la Universidad Nacional Aut\ónoma de M\éxico (UNAM).
Subestructura III, Tableros con Discos, descrita en 1973 por expertos del INAH, y C\írculos Rosas en Fondo Rojo, cuya decoraci\ón pict\órica se pensaba que fue elaborada hacia el a\ño 200 d.C., en realidad fueron elaboradas entre los a\ños 300 y 400 de nuestra era, detall\ó.
Es importante proponer una nueva cronolog\ía, porque antes la dataci\ón se hac\ía de forma emp\írica, y ahora por primera vez para Mesoam\érica se empieza a\ conocer la configuraci\ón original de los minerales magn\éticos existentes en la pintura, y con datos m\ás cercanos a la realidad, resalt\ó.
Para la dataci\ón, en la que tambi\én participan Gloria Torres, Ver\ónica Ortega y Jorge Archer, del INAH, se utiliz\ó la t\écnica de Magnetizaci\ón Pict\órica Remanente, a fin de analizar el magnetismo de minerales contenidos en los pigmentos rojos usados en la elaboraci\ón de pinturas murales.
Este proceso, en el que se estima el campo magn\ético grabado en los minerales de los pigmentos, fue descubierto en 1997 por investigadores italianos (Roberto Lanza y Giacomo Chiari) para frescos del Vaticano, que analiza la magnetizaci\ón de pigmentos, principalmente el rojo, que contiene granos de hematita.
En el caso de Teotihuac\án, los mejores resultados fueron obtenidos de las muestras de los c\írculos rojos en la Subestructura III, que se encuentra al interior del edificio y, por lo tanto, estuvo protegida de la intemperie.
Se tomaron 47 muestras de 12 mil\ímetros de las pinturas interiores y exteriores del Palacio de Quetzalc\óatl, que fueron analizadas in situ y en laboratorio para revisar sus propiedades magn\éticas, una labor que dur\ó cerca de ocho meses.
Los resultados fueron confiables s\ólo para 11 muestras, pues "los procesos de restauraci\ón realizados, quiz\á en la d\écada de los 80, probablemente alteraron la se\ñal magn\ética", consider\ó.
A\ñadi\ó que luego de los resultados obtenidos en este trabajo, en el que tambi\én participan Juan Morales, Rub\én Cejudo y Jaime Urrutia Fucugauchi, del Instituto de Geof\ísica, se espera continuar la dataci\ón de otras piezas en Teotihuac\án.