En el interior de la pirámide de Teopanzolco, en el norte de Cuernavaca, capital de esta entidad, fueron descubiertos restos de un templo cuando se realizaban trabajos de consolidación y restauración de la estructura que resultó dañada por los sismos de septiembre de 2017.
“Las principales tareas tenían el objetivo de consolidar el núcleo y a la hora de que se hicieron las calas y los pozos para llegar a esa parte de la pirámide y ver en qué condiciones estaba apareció una estructura previa.
“A pesar de lo que significó el sismo hay que agradecer que debido a ello están apareciendo una serie de cuestiones en las que podemos trabajar”, indicó la delegada del Centro INAH Morelos, Isabel Campos Goenaga.
En tanto la arqueóloga responsable de la zona, Barbara Konieczna, destacó que ese descubrimiento se da a casi 100 años del de la pirámide principal, en 1921, que se consideraba la más antigua de la zona, situada en el Posclásico Medio, entre 1150 y 1200 d.C., y actualmente la referencia era del 1300 y 1350.
Comentó que cuando los arqueólogos excavaron encontraron muros de un templo “que según las características arquitectónicas, la ubicación y los materiales cerámicos podemos fechar a lo que sería obvio del periodo posclásico, que sería contemporáneo con la construcción de Tenayuca en el Estado de México, que era la primera pirámide con escalinata doble y de acceso en la parte superior donde se colocaban los templos de Tlaloc y Huitzilopochtli”.
La arqueóloga detalló que posiblemente fue construido ese basamento y posteriormente se edificó el Templo Mayor en Tenochtitlán, con lo que se descartó que los mexicas hubieran traído a Morelos ese estilo arquitectónico, que ahora se sabe es tlahuica.
Mientras, la arqueóloga residente del proyecto de restauración, Georgia Yris, precisó que los daños causados por el sismo generaron los hundimientos del núcleo de la estructura, por lo que se hizo un par de pozos de sondeo para consolidar el mismo relleno y se localizó la subestructura.
“Ubicada en la parte de arriba, templo de Tláloc está al Norte, y el de Huitzilopochtli en la parte sur; los pozos de sondeo se ubicaron una al interior del templo de Tláloc, entre los dos santuarios. Al interior se ve un mismo templo con las mismas características arquitectónicas que el que está arriba”, narró.
Se utilizaron las mismas lajas de basalto que en el exterior, los muros estaban estucados y al estuco no se le ve pintura, ya que está en mal estado de conservación por la humedad qué hay al interior.
Tampoco localizaron ofrendas ni piezas completas, pero hay un posible incendiario completo que se trabaja para su rescate y se analizan los restos de carbón para hacer un fechamiento exacto.
Barbara Konieczna agregó que se harán muros secos para sostener más firme el núcleo y luego se tapará, ya que no se puede dejar abierta porque podría colapsar; en su caso, profundizaron hasta cuatro metros y medio y ahí encontraron piedras sueltas que dejó el temblor.
La delegada del INAH adelantó que probablemente se realice una exhibición y un museo de sitio con una maqueta para que la gente pueda apreciar cómo se conformó este lugar, aunque falta concluir los trabajos en el sitio.