Al hablar sobre la producción de la premiada película “La forma del agua”, Guillermo del Toro consideró que no importa el presupuesto sino “el ingenio mexicano con el que se resuelven las cosas”.
En la segunda parte de la Master Class “De Geometría a la Forma del Agua”, en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG33), del Toro apoyó lo dicho al contar cómo fue el financiamiento de su más reciente película.
“Al principio tenía considerados 60 millones de dólares para la película, pero al presentarlo a Fox le ofrecieron 16.5 millones si la hacía en blanco y negro o 19.5 millones si era a color”, recordó.
Por ello, consideró: “Debemos ser perfectamente cabales con el presupuesto”. Hablando sobre las experiencias de sus amigos y colegas, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón, pues para ellos “es importante que el dinero se destine a la pantalla”.
Al extender su entusiasmada sesión de preguntas y respuestas con los asistentes, Del Toro compartió que él toma las narrativas sencillas de las fabulaciones y no se concentra en la anécdota, sino en “el cómo, dónde y por qué”, para identificar las decisiones narrativas que se tienen que enfrentar.
Es por esto que él trabaja con símbolos grandes porque así funciona la fabulación, dijo del Toro, y comentó que se tiende a discutir el cine a nivel narrativo, pero muy poco a nivel simbólico.
“Cuando analizamos un fenómeno plástico, le concedemos todo el peso al elemento audiovisual o visual narrativo. No leemos el cine así, y por eso platicamos del cine a medias”, dijo.
Para el realizador, el cine permite el reconocimiento físico de nuestra realidad o del reconocimiento de lo interior, lo cifrado a nivel simbólico, “lo que permita decir, ese sentimiento lo conozco yo, esa abstracción me pertenece.”