Molotov hace vibrar al Cervantino con su música (VIDEO)

Alrededor de 20 canciones trazaron un puente entre los inicios de Molotov y la actualidad.

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La refinada y tersa poética que encierra la nacionalista frase “¡Arriba México, ching… ma…!” anunció el inicio del concierto que Molotov, agrupación mexicana de rock, ofreció la noche del pasado jueves en la Alhóndiga de Granaditas de esta ciudad, como parte del XLVI Festival Internacional Cervantino (FIC).

“Noko” abrió la lista de temas interpretados por Molotov, y a partir de entonces se fue desgranando el concierto, sin pausa ni tregua. Solamente un breve paréntesis para ir a hacer del baño, dio unos minutos de respiro al público que no dejó de brincar mientras los instrumentos elevaron notas que parecían llegar hasta el infinito.

Alrededor de 20 canciones trazaron un puente entre los inicios de la banda (1995) y la actualidad. Han transcurrido 23 años, sin contar los que el ensamble pasó picando piedra hasta grabar su primer disco en 1997, “¿Dónde jugarán las niñas?”, que muy pronto se convirtió en un clásico joven por su humor negro, crítica social y sus letras ofensivas.

Lejos quedaron los tiempos en que Tito Fuentes (guitarra y voz), Micky Huidobro (bajo, batería y voz), Paco Ayala (bajo, guitarra y voz) y Randy Ebright (batería, guitarra, bajo y voz) eran teloneros de Héroes del Silencio, La Lupita y Cuca. Los años pasan y ellos peinan canas; sin embargo, el vigor y la técnica interpretativa con que se dieron a conocer ahí está, límpida.

Casi 20 canciones interpretó el ensamble, con letras que asustan a las buenas conciencias, incomodan a políticos de acendrada cepa partidista, y hasta cimbran naciones donde hay ciudadanos que miran mal al mexicano. La magia de la noche floreció con “Amateur”, “Chinga tu madre”, “Lagunas mentales”, “Parásito”, “Here we kum”, “Voto latino” y “Fuga”.

A lo largo de todo el concierto, la respuesta del público variopinto, desde niños en edad kínder hasta adultos de la tercera edad, fue un baile multitudinario sincronizado, como puesto por un maestro de baile alternativo, y vítores y loas acompañadas de la gritona petición de un tema emblemático del grupo: “Puto”.

El desahogo en su más artística expresión, la emoción se pudo respirar en el ambiente. Tras atender el llamado de la naturaleza, la banda regresó para granjearse más simpatías del público con “Chanwich a la chichona” (sic), pero antes habían ofrecido “Perro negro”, “Blame me”, “Power”, “Frijolero”, “Hit me”, “Marciano 1&2”, “Quem pompó” y “Da Da Da”.

Con “Tributo a Queen” y “Mátate Tete”, Tito, Micky, Paco y Randy se despidieron. Pero la despedida fue un mero acto protocolario, porque ni abandonaron el espacioso escenario ni dieron señales de cansancio o deseos de marcharse. Cómo lo habrían hecho, si ellos mismos, en plena actuación, sacaron el celular para tomar fotos a su público.

El sudor en los cuerpos, el brillo en las miradas y el incesante movimiento en los pies acompañaron a las miles de voces que cantaron a la par de Molotov, cuyo álbum debut fue nominado al Grammy en la categoría de Mejor Interpretación de Rock Latino Alternativo; en 2014 ganó ese premio en la categoría de Mejor Álbum Vocal Rock Dúo o Grupo, por “Agua maldita”.