La actriz estadunidense Carrie Fisher, quien interpretó a la Princesa Leia en la saga La Guerra de las Galaxias, falleció de una “apnea del sueño” y otros factores indeterminados, informó el condado de Los Angeles.
La artista murió el pasado 27 de diciembre a la edad de 60 años, cuatro días antes había sufrido un ataque al corazón en un vuelo de Londres a Los Angeles; su madre, Debbie Reynolds, falleció al día siguiente, tras sufrir un derrame cerebral.
En un principio en el certificado de defunción dado a conocer en enero, se había informado que el deceso de Fisher era producto de un paro respiratorio.
De acuerdo con diversos medios internacionales, en los resultados del examen publicado la víspera por funcionarios del condado, también se citó el “uso de múltiples drogas” y una enfermedad cardíaca aterosclerótica, pero no especificó más.
La manera en que perdió la vida, de acuerdo con el informe forense, fue clasificada como indeterminada. Después de haberse difundido el documento, la hija de Fisher, Billie Lourd, emitió una declaración a People respecto al apartado en el que se habla del “uso de drogas”.
“Mi mamá luchó contra la adicción a las drogas y a la enfermedad mental durante toda su vida… Ella fue deliberadamente abierta en todo, respecto a su trabajo y sobre los estigmas sociales que rodean estas enfermedades”.
Después del éxito que tuvo la saga de La Guerra de las Galaxias, Fisher luchó contra la dependencia a las drogas y el alcohol.