Salma Hayek y Eugenio Derbez interpretan a dos hermanos completamente opuestos en “How to be a Latin Lover”, una comedia donde la actriz vuelve a demostrar su destreza en el género, aunque es consciente, según reconoció a Efe, de que en Hollywood lo habría tenido muy complicado sin su físico.
“Si no es por eso, no me hubieran dado la oportunidad. Me ayudó a entrar”, admitió la mexicana al ser preguntada si fue duro que al comienzo de su carrera, con “Desperado” (1995) y “From Dusk Till Dawn” (1996), fuera valorada principalmente por sus célebres curvas.
“Es frustrante porque, si no es por eso, no entras. Pero hay mucho más, tú quisieras que vieran más de eso… y no. Pero es lo bonito de llegar a esta edad, donde no es tan obvia la belleza. Con una trayectoria de 25 años de conocerte, la gente ve que hay algo más”, agregó.
La de Coatzacoalcos, de 50 años, lamentó que la industria se demorara tanto en darle una oportunidad para hacer comedia, algo que llegó de la mano de su amigo, el actor estadounidense Adam Sandler, en “Grown Ups” (2010), y que continuó en obras como “Here Comes the Boom” (2012) y “Grown Ups 2” (2013).
“Siempre fue mi fuerte y siempre fue lo que quise hacer. De no ser por él, seguiría sin hacer comedia. Aunque tal vez Eugenio me hubiera dado una oportunidad porque me conoce realmente”, manifestó.
“How to be a Latin Lover” es la gran apuesta del año del cine latino en EE.UU.
En 2013, Derbez protagonizó “Instructions Not Included”, la película en español de mayor éxito en la historia de EE.UU., con más de 44 millones de dólares, cifras superiores a las obtenidas por títulos como “Pan’s Labyrinth”, de su compatriota Guillermo del Toro.
Ahora, el humorista de Ciudad de México, de 55 años, encarna a Máximo, un “gigoló” venido a menos que, tras ser abandonado por su multimillonaria y anciana pareja, se ve forzado a vivir de nuevo con su hermana (Hayek), con la que mantiene una difícil relación, y su hijo adolescente, mientras trata de conquistar a una nueva anciana de quien heredar sus propiedades.
El reparto del filme, que llegará a las salas el 27 de abril, lo completan Rob Lowe, Kristen Bell y Raquel Welch.
“Creo que hay varias películas dirigidas al público latino sin conocer realmente cómo es el público latino”, afirmó Hayek. “Están hechas con el fantasma de lo que piensan que somos, y como realmente no nos conocen, no le atinan”, añadió.
Pero la actriz sostiene que, en este caso, “el mercado latino” va a ver la cinta porque cuenta con “dos actores con una relación de mucho tiempo” con esa audiencia.
En el filme, Hayek interpreta a una madre que se quedó viuda años atrás y que trata de perseverar en su trabajo como arquitecta, aunque en su empresa no le otorgan las oportunidades que cree merecer.
Además, el regreso de su hermano a su día a día, aunque lo percibe como un incordio al principio, traerá cambios positivos en su forma de actuar, tanto con los demás como en su oficina.
Se trata de un personaje muy alejado de la realidad de Hayek, casada desde 2009 con el multimillonario francés François-Henri Pinault.
“A mí no me cuesta tener los pies en el suelo. A quienes les cuesta, les costará siempre y seguramente vaya en su forma de ser. Ni siquiera es algo que me cueste o no, es que no me sale”, manifestó la intérprete, que asegura llevar una vida tan normal que, en ocasiones, se le olvida que es famosa.
“Mi principal preocupación es cuando uno educa a los hijos. Hay que estar más consciente de cómo se comportan”, sostuvo Hayek, que en la ficción ve cómo su personaje trata de ser sensual y enamorar a un pretendiente tras años de inexperiencia.
Hayek, a sus 50 años, mantiene las curvas que la hicieron famosa, una silueta que trata con cierto mimo.
“Lo que ves no es lo que hay, ni a mi edad ni a ninguna”, valoró entre risas. “Siempre hay que hacer un poco de esfuercito, hay toda una producción debajo de la ropa”, comentó la artista, que, no obstante, afirma que tampoco trata de sobrepasarse con las dietas ni con el ejercicio físico.
“Cuando hay demasiado esfuerzo ya no es sensual”, finalizó.