Moldear un tronco o raíz de cactus seco, es hacer frente a la imaginación, para Jerónimo Bailón Diego es su rutina diaria que le permite obtener unos pesos y sostener el negocio familiar.
Durante varios años, se ha dedicado a la construcción de muebles artesanales que ha vendido en Guerrero, y algunos de ellos se han exportado a Brasil, España y Estados Unidos, pero que hoy, ante la falta de turistas por la violencia e inseguridad, afectan la oferta de sus obras.
Sillones, sillas, bancas, fruteros, lámparas, percheros, bases para comedor, marcos para espejos, servilleteros y demás ornatos tallados en madera y a mano, están a punto del olvido, debido a que la carretera federal Iguala-Chilpancingo dejo de ser vía principal para conectar las zonas Norte-Centro, Acapulco y las Costas de Guerrero.
En esta vía, que también conecta Chilpancingo y la Sierra de Guerrero, se localiza la comunidad de Venta Vieja, municipio de Eduardo Neri, sitio conocido por la fabricación de los muebles artesanales, hechos a base de raíces de cactus.
La historia inició alrededor de los años cuarenta, cuando el padre de Jerónimo Bailón Diego elaboró figuras de madera del espino de pochote para los niños, ante la falta de juguetes.
Con la circulación de turistas en la única carretera federal Iguala-Chilpancingo, esta familia decidió poner un puesto de juguetes de madera al borde de la carretera, la compra de las figuras cobró éxito.
Sin embargo, fue hasta en los años sesenta, en el tiempo que duró el gobierno de Caritino Maldonado Pérez, “en una gira que hizo en Venta Vieja, a su esposa del gobernador le gustaron las figuras y nos dijo que las lleváramos a Chilpancingo a la casa de artesanías, que tenía el gobierno del estado, quien nos compró varias piezas y así continuamos con el trabajo”, recordó el artesano.
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