Es significativa la disminución de la pobreza en México reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI; en los análisis de 2023 a 2025 se ha visto que el componente significativo que propició la disminución de esta condición socioeconómica es el incremento del ingreso en los hogares, mayoritariamente de aquel derivado del trabajo, en particular de los salarios, así como de las pensiones y jubilaciones contributivas (IMSS e ISSSTE) y del aumento a las remuneraciones, remarcó el coordinador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, de la UNAM, Enrique Provencio Durazo.
“Sin duda alguna el factor determinante de la reducción de la pobreza de los últimos cuatro años se originó en la decisión de duplicar el valor real de los salarios mínimos”, agregó Provencio.
Para mantener este avance y evitar retrocesos se deben cumplir, sobre todo, las garantías sociales para resolver las carencias sociales de la población y debe efectuarse un cambio sustancial en los presupuestos federal, estatal y municipal, a fin de que privilegien los bienes públicos de acceso a la educación y la salud, pero también a los servicios de cuidado, agua y vivienda, entre otros rubros que no han tenido prioridad en la asignación de los recursos.
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En la actualidad, algunas de las carencias sociales son más altas que aquellas que teníamos en 2016, en particular en el tema de rezago educativo y servicios de salud. El nivel de las carencias en educación y salud durante el año pasado, por ejemplo, seguía siendo más alto que el de 2016 o 2018. Ello significa que en 2024, argumentó, 24 millones de personas seguían en rezago educativo; 44 millones carecían de acceso a los servicios de salud; 63 millones a seguridad social; y 18 millones a servicios básicos en sus viviendas, puntualizó el experto en un comunicado de la UNAM.
Además, se deben generar más empleos formales de calidad con seguridad social garantizada, pues la carencia de esta última afecta a 48 por ciento de la población (63 millones de personas), acotó.
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“Entonces no solo se requiere atender mejor los bienes públicos de salud, educación, cuidados y de seguridad pública, sino, sobre todo, hacerlo con estándares de alta calidad. Ese, me parece, es el principal cambio que hay que lograr”.
Provencio finalmente comentó que ello no implica que tengan que reducirse los programas sociales; por el contrario, hay que mantenerlos, sobre todo aquellos que están en la Constitución, “porque estamos en la paradoja de que se puede bajar drásticamente la pobreza, sin que mejore significativamente la seguridad pública”.
