Ante el debilitamiento que muestra la evolución de los principales indicadores económicos, aumenta la incertidumbre y se reducen los índices de confianza empresarial, afirmó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado.
El Ceesp, indicó que las causas sustanciales son, además de la desaceleración en la evolución de la economía, un posible estancamiento de la economía de los Estados Unidos y los posibles efectos de su política arancelaria, pero la mayor preocupación se centra en los efectos que pueda tener la reforma judicial, sobre todo tras el gran abstencionismo que marcó la elección del poder judicial 2025.
El organismo que pertenece al CCE indicó que en este entorno, las expectativas continúan ajustándose a la baja, refirió que recientemente el Banco de México corrigió su pronóstico de crecimiento para ubicarlo en solo 0.1% para este año, medio punto porcentual por debajo de su estimación previa. La preocupación crece cuando la perspectiva de menor dinamismo económico se extiende al siguiente año, para el cual este organismo anticipa un crecimiento de 0.9%, la mitad de su previsión anterior.
Te podría interesar
Dijo que la visión de los expertos que participan en la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado que elabora el Banco de México apunta en la misma dirección, toda vez que en los resultados más recientes de esta encuesta el pronóstico promedio de crecimiento para este año se ubicó en sólo 0.08%, prácticamente un nulo avance. Para 2026 el pronóstico se ubicó en 1.36%, el porcentaje más bajo desde que se inició su sondeo.
El Ceesp destacó que de acuerdo con los especialistas del sector privado, la preocupación se centra principalmente sobre tres factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica. En primer lugar, una política proteccionista de comercio exterior, como consecuencia de las acciones arancelarias de los Estados Unidos. Segundo: problemas de inseguridad pública, que podrían estar reflejando los crecientes enfrentamientos entre grupos delincuenciales y los atentados a la clase política, que van en aumento. Tercero: incertidumbre sobre la situación económica interna, sobre todo por la debilidad de los principales indicadores económicos.
