El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, obliga a poner el foco en las agresiones que no dejan marcas visibles, pero sí secuelas profundas y duraderas. Una de las formas más sigilosas y normalizadas de control es la violencia financiera o económica, un mecanismo que restringe la autonomía de las mujeres, perpetúa la dependencia y socava sus proyectos de vida. Condusef te da claves para no ser víctima de este comportamiento.
La violencia financiera se disfraza a menudo de cuidado o de una supuesta mejor administración, con frases como "yo administro mejor el dinero" o "tú no necesitas trabajar". Sin embargo, este control sistemático sobre los ingresos y el patrimonio es reconocido por la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en México como una forma clara de agresión.
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Claves para identificar la violencia financiera
Identificar este tipo de violencia es el primer paso hacia el empoderamiento y la recuperación de la autonomía. La violencia financiera se manifiesta en diversas acciones que buscan limitar el acceso y uso del dinero de la pareja:
Prohibiciones: Restringir o prohibir el trabajo o el acceso a la educación.
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Control Riguroso: Exigir cuentas detalladas de cada gasto y controlar la totalidad de los ingresos.
Negación de Recursos: Retener dinero para necesidades básicas del hogar o de los hijos.
Deuda y Retención: Endeudar a la mujer sin su consentimiento o retener bienes, ahorros y patrimonio compartido.
Las estadísticas evidencian la magnitud del problema: la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 reveló que uno de cada tres mujeres en México ha vivido algún tipo de violencia económica a lo largo de su vida. A nivel global, ONU Mujeres estima que el 35 por ciento de las mujeres ha experimentado esta forma de agresión.
Cómo combatir y prevenir la violencia financiera
Hablar del tema es crucial, pues el silencio lo normaliza e invisibiliza. Una persona que carece de autonomía financiera difícilmente puede romper el ciclo de violencia, lo que impacta a sus hijos y debilita a la sociedad entera.
Combatir la violencia financiera requiere un esfuerzo colectivo y acciones concretas desde diversas trincheras:
Educación Financiera con Perspectiva de Género: Dotar a niñas y mujeres de herramientas para administrar, ahorrar e invertir es fundamental. Programas como el Proyecto Minerva de la Condusef están diseñados para fomentar esta autonomía.
Denuncia y Acompañamiento: Es vital que las víctimas conozcan los canales de denuncia y apoyo legal, como las líneas de atención a mujeres y los refugios. Acompañar significa ofrecer apoyo real y guiar hacia los recursos disponibles.
Corresponsabilidad Social: Nombrar el problema y discutirlo abiertamente en el hogar, la escuela, el trabajo y los medios de comunicación ayuda a romper mitos y a prevenir su perpetuación.
Políticas Públicas Inclusivas: Se necesitan políticas que promuevan la inclusión laboral y financiera, asegurando empleos dignos y servicios financieros seguros, permitiendo así a más mujeres diseñar proyectos de vida sin dependencia.
Solo mediante la educación, el apoyo institucional y la visibilización constante de la violencia financiera se podrá construir un futuro donde la libertad económica sea un derecho ejercido por todas las mujeres. Condusef te da las claves para no ser víctima de ello.
