Cuando las temperaturas comienzan a subir, también lo hacen nuestras facturas de luz. En la temporada de calor, el uso intensivo de aires acondicionados, refrigeradores y ventiladores dispara el consumo eléctrico, afectando considerablemente nuestra economía.
En este sentido, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señala que el costo bimestral de la electricidad puede ascender hasta los 4 mil 528 pesos por familia. Entonces, ¿cómo podemos reducir este gasto sin sacrificar nuestro confort? Aquí te presentamos algunas estrategias sencillas pero efectivas.
¿Qué hacer para reducir tu factura de luz durante la temporada de calor?
Uno de los consejos más sencillos y eficaces es secar la ropa al aire libre. Las secadoras eléctricas son grandes consumidoras de energía, especialmente en épocas de calor cuando se tiende a lavar más frecuentemente. Aprovecha el sol y el viento para secar tu ropa sin coste alguno.
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Además, los focos LED son mucho más eficientes energéticamente que las bombillas incandescentes o fluorescentes. Consumen hasta un 80% menos de energía y tienen una vida útil mucho más larga. Cambiar todas las luces de tu hogar a tecnología 'Light Emitting Diode' puede resultar en un ahorro significativo en tu factura de luz. Además, generan menos calor, lo que ayuda a mantener la casa más fresca.
Durante el día, aprovecha al máximo la luz natural. Abre cortinas y persianas para que la luz del sol ilumine tu hogar. Esto no solo reduce el consumo de electricidad, sino que también puede mejorar tu estado de ánimo y bienestar.
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¿Es importante apagar las luces y desconectar aparatos innecesarios?
De igual forma, es crucial desarrollar el hábito de apagar las luces cuando no se están utilizando y desconectar los aparatos que no están en uso. Muchos dispositivos consumen energía incluso cuando están apagados, lo que se conoce como consumo fantasma.
Por otra parte, mantén la temperatura del refrigerador entre 3 y 5 grados Celsius, y la del congelador entre -15 y -18 grados Celsius. Esto asegura un funcionamiento eficiente sin gastar más energía de la necesaria. Así mismo, coloca el refrigerador lejos de fuentes de calor como la estufa o la luz directa del sol, ya que estos factores hacen que el aparato trabaje más para mantener la temperatura interna, aumentando el consumo de energía.