Debido al boom de las redes sociales y el nacimiento de los llamados influencers, es cada vez más común escuchar como jóvenes de la llamada Generación Z viven en medio de espejismos financieros.
Y es que a decir de una encuesta de Insider Intelligence en 2023, el 65,6 por ciento de los jóvenes de entre 18 a 26 años afirmaron que utilizan YouTube para buscar información de productos y servicios financieros. Mientras que el 43,8 por ciento de los encuestados utilizaron TikTok para los mismos fines y 40,6 por ciento lo hizo por Instagram.
Estas respuestas, nos da un panorama de como aquellas personas nacidas a principios del 2000 se documentan sobre economía y van adquiriendo conceptos a través de contenidos de influencers en redes sociales por encima de los métodos tradicionales, es decir buscando asesoría especializada mediante libros o directamente con expertos en finanzas.
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La idea de ver que un grupo de ciertas personas encontró la fórmula de manera casi "mágica" o "milagrosa", hace que los seguidores quieran aprender de las técnicas de ciertos personajes, aunque no tengan un proceso sustentado de inversión y rendimientos sobre sus utlidades monetarias.
Aspectos como la baja alfabetización pueden llegar a influir al momento de "seguir" a determinada persona en redes sociales y tomarlo como ejemplo para lograr objetivos de crecimiento económico a corto o mediano plazo.
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Pero el hecho de no tener con las herramientas necesarias para discernir los puede hacer presa fácil en fuentes de ingresos que pueden ser ilegítimas con esquemas fraudulentos y/o estafas piramidales.
Otro de los riesgos detectados por los especialistas en un mundo digitalizado es el acceso a plataformas de apuestas para menores de edad, donde incluso existe daños a la salud mental ante la posibilidad de desarrollar ludopatía u cualquier otro transtorno compulsivo.