Con la entrada en vigor del aumento del 20% en el salario mínimo en México desde el 1 de enero de 2024, los pensionados afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se ven afectados por cambios significativos en sus percepciones mensuales. Este ajuste salarial, que lleva el salario mínimo a 248.93 pesos diarios y 374.89 pesos en la Zona Libre de la Frontera Norte, ha generado preguntas y expectativas entre los beneficiarios del IMSS.
De acuerdo con la Ley del Seguro Social, algunos pensionados pueden esperar incrementos que no deben ser inferiores al salario mínimo. Este aumento aplica a pensionados por incapacidad permanente, aquellos bajo la ley del 73 en la modalidad 40, y los jubilados con la pensión mínima garantizada según el Artículo 75.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) anunciaron este ajuste salarial como parte de un convenio entre el gobierno, los trabajadores y las empresas. Este aumento beneficia a más de 8.9 millones de trabajadores y se considera histórico, ya que cumple con la promesa de duplicar el salario mínimo real desde el inicio del mandato del presidente López Obrador.
La administración actual ha logrado un ajuste acumulativo del 110% desde 2018, llevando el salario mínimo de 2,650 pesos mexicanos al inicio del mandato a la cifra actual. Este incremento impacta directamente al 31% de los trabajadores formales, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
A pesar de estos cambios positivos, es importante tener en cuenta que los pensionados del IMSS también están sujetos a regulaciones fiscales. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) establece que las pensiones superiores a los 45,000 pesos mensuales están sujetas al Impuesto Sobre la Renta (ISR). Los beneficiarios deben presentar su declaración anual correspondiente si su pensión rebasa los 49,535 pesos, según la nueva actualización de la Unidad de Medida y Actualización (UMA).
Las autoridades financieras instan a los jubilados y pensionados a estar informados sobre estas modificaciones y a realizar los cálculos necesarios para comprender cómo afectarán sus finanzas personales. El aumento salarial representa un avance significativo en el bienestar de los trabajadores, pero es crucial considerar los aspectos fiscales asociados.