VIAJES

1 de cada 3 personas sufrió estafas durante sus viajes

El riesgo existe desde el proceso de reserva hasta la contratación de servicios estando ya en destino.

Créditos: Pixabay.
Escrito en ECONOMÍA el

En un reciente estudio que analizó los viajes de 7000 personas en 7 países diferentes, se puso de relieve que una de cada tres había sufrido estafas durante sus viajes. Estas estafas tenían lugar en diferentes instancias del viaje, desde el proceso de reserva hasta la contratación de servicios estando ya en destino. Se trata de unas cifras sorprendentemente altas que nos ponen en alerta a la hora de planificar nuestros viajes futuros. 

Vamos a repasar entonces algunas de las estafas más habituales durante los viajes, y a revisar de forma detallada cuáles son las medidas que podemos adoptar para asegurarnos de no caer en ellas durante nuestras vacaciones o nuestros viajes de negocios. Con algo de prudencia y algunas medidas de ciberseguridad básicas podemos evitar la mayoría de las estafas y disfrutar de nuestros viajes de forma mucho más segura. 

1. Falsas webs de reserva 

Entre las estafas más populares destacan las falsas webs de reserva de hoteles, que pueden quedarse con el dinero de sus usuarios desde antes incluso de que comiencen el viaje. Y no solo eso. Las webs fraudulentas no solo se quedan con el pago que adelantemos para reservar el hotel, sino que además roban los datos de la tarjeta de crédito para usarlos en su propio beneficio hasta que logremos cancelarla. 

Esto se puede prevenir usando una VPN, que es una app de seguridad digital capaz de proteger nuestro tráfico online y de alertarnos en el caso de que visitemos una página web fraudulenta. De esta forma recibiremos un aviso antes de acceder a una página falsa de reserva de hoteles, y podremos volver atrás para evitarla. Además, también debemos evitar siempre las webs de reserva recibidas a través de un mensaje spam, y acceder a ellas solo desde el navegador web. 

2. Hoteles falsos en webs legítimas 

Una estafa más difícil de detectar pasa por los hoteles falsos que se publicitan en webs legítimas. Plataformas como Booking.com o Trivago se enfrentan continuamente a los intentos de distintos estafadores para incluir hoteles inexistentes en la plataforma. Estos estafadores rellenan los formularios para la inclusión de nuevos hoteles como si fueran propietarios legítimos de un establecimiento de nueva construcción, y estafan el dinero de las reservas. 

Una manera de evitar este tipo de estafas pasa simplemente por no reservar hoteles que sean demasiado nuevos. Incluso si un hotel tiene cuatro o cinco reseñas positivas, no podemos tener la certeza de que se trate de un hotel legítimo. Solamente cuando superan las 30 o 40 reseñas podemos concluir que el hotel es efectivamente real. Además, también podemos usar plataformas alternativas como Google Maps para corroborar la existencia del hotel. 

3. Precios diferentes al llegar al hotel 

Otros hoteles son legítimos, pero estafan igualmente a sus usuarios con ofertas engañosas en las plataformas web. Por ejemplo, pueden solicitar los datos de la tarjeta de crédito para efectuar la reserva a un precio determinado y, al llegar al destino, introducir cargos fraudulentos que inflen este precio. Si nos negamos a pagar el nuevo precio, el hotel cargará la tarifa en nuestra tarjeta de crédito, tanto si nos hospedamos como si no. 

Esta es una de las prácticas más comunes en todo tipo de hoteles durante las temporadas en las que sus ingresos no son tan generosos como les gustaría. Podemos encontrarla tanto en hoteles de alta gama como en hoteles muy económicos. La mejor manera de protegernos pasa por usar una tarjeta de crédito prepago con muy poco saldo disponible al hacer la reserva. De este modo, el hotel no podrá cargar el importe que pretende cobrar. 

4. Estafas en el transporte local 

Prácticamente, ningún país del mundo se libra de las estafas en el transporte para turistas, aunque es cierto que en algunos países estas estafas son más frecuentes que en otros. Particularmente turbio es el gremio de los taxistas, sobre todo en los casos en que se anuncian a viva voz en los aeropuertos. Estos taxistas –con frecuencia sin licencia– no solo cobran precios abusivos, sino que pueden incluso optar por el robo o el secuestro de sus pasajeros. 

Para no caer en esta estafa, lo mejor es optar por servicios de reserva digitales. Los tienes de varios tipos. Por ejemplo, podemos reservar un auto con chofer que nos espere a nuestra llegada en el aeropuerto, si bien es el servicio suele ser bastante costoso. Por otra parte, aplicaciones como Uber en América Latina, o Grab en Asia, nos permiten acceder a choferes mucho más económicos y revisar nuestro recorrido en vivo en su mapa virtual. 

5. Estafas en los servicios extra de las aerolíneas 

Algunas aerolíneas son más confiables que otras, aunque en todas ellas podemos encontrarnos con situaciones que bordean la ilegalidad. Uno de los principales problemas de las aerolíneas en los últimos años es la gran cantidad de servicios extra que intentan vendernos a la hora de reservar nuestros boletos de avión. Nos referimos a seguros de salud, seguros frente a retrasos o cancelaciones y muchos otros pagos VIP. 

En realidad, este tipo de seguros deben estar incluidos en el precio del boleto por ley en casi todos los países desarrollados. Y, si bien hay algunos extras que pueden añadirse a estos seguros para hacerlos más completos, en la práctica son muchas las aerolíneas que abusan de la ingenuidad de los pasajeros para cargarles un dinero extra por algo que deben ofrecerles igualmente. ¿La solución? Muy sencillo: no contratar ninguno de estos seguros. 

6. Estafas cambiarias 

Cuando viajamos al extranjero, lo normal es que tengamos que cambiar algo de dinero a la divisa local para poder hacer pagos en comercios o contratar servicios. Hasta acá, todo correcto. El problema es que las casas de cambio oficiales suelen ofrecer un tipo cambiario muy desfavorable. Sin ser una estafa de por sí, cambiar dinero en los aeropuertos o en las casas de cambio de las plazas comerciales puede ser increíblemente costoso. 

Por otra parte, si cambiamos dinero de forma algo más informal o en casas de cambio algo más opacas, hay muchas posibilidades de que nos den billetes falsos, o billetes deteriorados que difícilmente serán aceptados en los comercios locales. Por eso, la mejor solución suele ser sencillamente retirar dinero desde un ATM en el país de destino. El tipo cambiario ofrecido por el banco será mejor que en el aeropuerto, y los billetes serán legítimos y en buen estado.