La Procuraduría Federal del Consumidor analizó 46 productos, uno de ellos fue la famosa Sangría Señorial. Este estudio calificó la calidad sanitaria, veracidad de la información, contenido neto, azúcares, cafeína y contenido energético.
La Sangría Señorial está hecha con vino sin alcohol y según la institución proporcionó información a medias a sus consumidores, además de que no detalló el tipo de edulcorante que contiene sus bebidas.
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Esta bebida también contiene Jarabe de Maíz de alta fructosa, además de que no cumple con la NOM-051-SCFI/SSA1-2010.
Cabe recordar que la NOM-051-SCFI/SSA1-2010, según la Revista del Consumidor, son las “especificaciones generales de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólico preenvasado-Información comercial y sanitaria”.
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¿Qué es la fructosa?
La fructosa se puede encontrar en los vegetales, frutas y miel, mientras que el Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF) está asociado a que la persona que lo consume en una bebida o alimento, no siente saciedad, por lo que puede seguir teniendo hambre. Esta situación que favorece la obesidad y la diabetes mellitus.
Por ello es importante mencionar que hay una gran diferencia entre azúcares y azúcar o edulcorantes. Según datos de la página de la Profeco, el azúcar común (sacarosa) se obtiene de la caña de azúcar o de la remolacha azucarera.
Mientras que los azúcares son un tipo de carbohidratos que se pueden encontrar en los alimentos o bebidas o añadirse. Algunos de ellos son:
• Fructosa
• Glucosa o Dextrosa
• Jarabe de maíz de alta fructosa
• Jarabe de maíz
• Azúcar invertido
‘Los azúcares pueden ocasionar aumento de peso si se consumen en exceso. La OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan que se reduzca el consumo de azúcares libres a 50 g, aunque es mejor si se reduce a 25 g al día’.
Por último, la Sangría Señorial y la Sangría Señorial light no son aptas para niños, ya que contienen edulcorantes que no favorecen a los menores.