VIDA LABORAL

5 estrategias para equilibrar la vida laboral y personal

En México, la dificultad para conseguir este balance preocupa a expertos y organizaciones.

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Que los colaboradores de una organización alcancen el balance entre vida laboral y personal no es tarea exclusiva de ellos; depende en buena parte de la cultura de trabajo que se promueva desde la empresa. Para ello, es fundamental una gestión respetuosa, con expectativas realistas sobre las tareas que pueden completar diariamente o en un periodo determinado, sin comprometer el equilibrio entre la vida laboral y personal

Importancia del balance de vida laboral y personal

Podría parecer que la falta de equilibrio entre estas áreas solo afecta a los trabajadores, pero tiene consecuencias significativas en la productividad que alcanzan las empresas y su potencial para crecer.

Esto se explica por la estrecha relación entre salud laboral y calidad de vida y los desafíos (más evidentes luego de la pandemia) en esta materia, destacando entre ellos las altas cargas de trabajo, las jornadas extendidas y la brecha de género en el reparto de las tareas domésticas y de cuidado de los hijos.

En México, la dificultad para conseguir este balance preocupa a expertos y organizaciones. Recientemente, el índice para una vida mejor, presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) encontró que nuestro país registraba uno de los niveles más bajos al medir el equilibrio entre vida personal y trabajo. De una muestra conformada por 40 economías, México ocupó el lugar número 39.

Salud laboral y calidad de vida son las claves que aseguran a las empresas contar con equipos más motivados y productivos, cuyos integrantes aporten valor y sean leales a la organización durante todo el ciclo de vida del colaborador. Ante ello, Engen Capital sugiere la implementación de una estrategia que incluya el capacitar sobre la adecuada administración del tiempo, además de implementar un programa de calidad de vida laboral.

1.    Plantear grandes metas en objetivos diarios y realistas

No hay nada de malo en plantear metas ambiciosas que supongan explotar al máximo el potencial de los equipos de trabajo. Sin embargo, asignar las tareas de un solo golpe puede ser un motivo de estrés para los colaboradores, sobre todo si no reciben orientación en cuanto a lo que se debe priorizar. Por ello, lo ideal es plantearse objetivos divididos en metas diarias que resulten alcanzables en función del nivel de capacitación, las habilidades y las circunstancias particulares de los miembros del equipo.

2.    Capacitar y delegar

En ocasiones, la mayor parte de la carga recae en los colaboradores con más experiencia o en aquellos que han demostrado un desempeño sobresaliente. En estos casos es de vital importancia capacitar a otros elementos para aprovechar mejor la fuerza de trabajo y aligerar la carga de quienes lideran, delegando de manera equitativa, buscando motivar e incentivar a cada persona y área de la organización. 

3.    Brindar autonomía 

La confianza es una forma de motivación. De ahí que, si el modelo de negocio lo permite, contar con una planeación que permita a los colaboradores concretar sus tareas en el horario en que son más productivos en un margen de tiempo previamente acordado, puede ser la clave para obtener el mejor rendimiento.

4.    Evaluar resultados

Estar presente, cumplir con un horario y respetar las rutinas laborales es importante, pero lo medular para el crecimiento de las organizaciones es considerar el desempeño y el cumplimiento de las tareas. Esto dará más libertad y espacio a los colaboradores para concentrarse en sus funciones sin descuidar su vida personal.

5.    Promover salud laboral y equilibrio de vida

Ello implica implementar una serie de acciones que abarcan desde establecer rutinas laborales que respeten el derecho a la desconexión digital, crear un plan de compensaciones y beneficios que considere los intereses y necesidades del equipo e incluir actividades deportivas, culturales o de recreación en el calendario organizacional como parte de un programa de calidad de vida en el trabajo.

El equipo humano es el principal activo de las organizaciones, por lo que se debe impulsar el desarrollo de los colaboradores mediante la conciliación entre vida personal y laboral.