El Colectivo de Economistas México ¿Cómo Vamos?, señaló que la situación por la que atraviesa Acapulco tras la llegada del huracán Otis es preocupante, especialmente al ser una entidad con importantes rezagos en progreso social que anteceden a este desastre natural.
De acuerdo a los análisis realizados previamente dio a conocer que, según la última actualización del Índice de Progreso Social México (IPS) y la Social Progress Imperative, Guerrero se encuentra en la posición 31 de 32 del Índice, siendo la segunda entidad con menor puntaje de progreso social. Tanto en la dimensión de Necesidades humanas básicas, como en la de Fundamentos del bienestar, Guerrero enfrenta grandes retos, específicamente en materia de Seguridad Personal, disponibilidad de agua dentro de la vivienda ubicándose en este rubro en último lugar a nivel nacional y calidad de la vivienda en el puesto 30 de 32.
La presencia del crimen organizado en Guerrero tiene importantes implicaciones en la actividad económica del estado, afectando, sobre todo, a los pequeños negocios. A pesar de que el turismo es una fuente importante de ingresos para el puerto de Acapulco, el estado depende del comercio, el cual es el sector más pesado de su economía, representando el 12.01% del total, abundó el Colectivo.
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Otros datos económicos a destacar del estado de Guerrero: Su población está conformada por 3 mil 540 millones 6875 personas, es decir, 2.81% de la población nacional. Representa el 1.3% del PIB nacional que lo ubica en el lugar 23 de 32 en la escala nacional.
Guerrero es la segunda entidad con peor desempeño en México en lo que respecta a la pobreza laboral: el 64.8% de su población se encuentra en esta situación. Tiene la 2° tasa más alta de informalidad a nivel nacional, ya que el 71.1% de las y los trabajadores del estado tienen un empleo sin prestaciones laborales o vínculo reconocido; muy por arriba de la tasa nacional que fue de 51.0% en el 2022 4T
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Atender estos rezagos ya era muy importante, ahora, tras la emergencia ocasionada por el huracán Otis gana urgencia, pues la capacidad de resiliencia y recuperación a nivel estatal está siempre vinculada al nivel de progreso social. Para ello, se requerirán evaluaciones del daño y estrategias de largo plazo para subsanar los pendientes en materia de progreso social, pero también ante posibles nuevos eventos ocasionados por el cambio climático, concluyó.