Es un movimiento regido por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) mediante el cual se trata de alertar a los políticos y economistas sobre la catástrofe no sólo climática, sino económica a la que nos dirigimos.
Este concepto fue acuñado en febrero de 2020, cuando el BIS publicó un libro del mismo nombre “El Cisne Verde” bajo la autoría de Patrick Boltón. Este libro, comprende una investigación referente a la crisis financiera provocada por el cambio climático, principalmente se enfoca en el impacto a nivel económico y sus secuelas a corto, mediano y largo plazo que pueden causar los fenómenos meteorológicos extremos.
Asimismo, se explican de forma detallada, los desafíos que el cambio climático impone a los bancos centrales, las reguladoras y los supervisores financieros y algunas propuestas para poder enfrentarlos.
Y es que la tesis principal de esta investigación por parte del BIS, determina que “el cambio climático es una fuente de inestabilidad financiera”, pues se toman en cuenta las graves consecuencias que éste podría ocasionar en el mundo.
Lo que busca el Banco de Pagos Internacionales, es generar conciencia en todos los agentes económicos de la situación imperante del cambio climático, es decir, se busca crear una cultura de la prevención en torno al tema, debido a que es muy difícil estimar el momento exacto en que esta situación, pueda traducirse en una crisis mundial.
Por su parte, Gerardo Vargas, Chief Financial Officer de Engen Capital, en entrevista con Luis Cárdenas, mencionó que “el cambio climático causará modificaciones financieras en patrones de consumo, comercio y rutas de trabajo”.
Al momento de hablar sobre la crisis acarreada como consecuencia del calentamiento global y sus efectos secundarios a nivel mundial, Gerardo Vargas, recordó que los impactos ya se están viendo en la actualidad y que los mismos se seguirán observando en el aumento de los precios del petróleo debido a las políticas ecologistas de algunos países.
No obstante, Vargas también fue puntual al mencionar la incertidumbre que causan estos cambios en las grandes empresas, pues los efectos secundarios, los afectan a todos: “se pueden esperar cambios en los patrones de comercio, rutas de transporte, en los hábitos de trabajo y en la producción de alimentos”.
Es por ello, que las advertencias del BIS van encaminadas a que al no tener en cuenta que esto podría suceder, las actuales políticas públicas, los distintos portafolios de inversión financiera, los planes empresariales y las decisiones financieras y económicas que están tomándose sin contemplar posible crisis climática, podrían no ser las correctas para afrontar al Cisne Verde.
Finalmente, derivado de la pandemia actual y de la vulnerabilidad en las economías, el BIS ha hecho un atento recordatorio de que el mundo también enfrenta una emergencia climática y ambiental global sin precedentes.