La inflación en México continúa al alza, en niveles no vistos desde 2001. Fue el 15 de mayo, cuando se informó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se situó en 7.68% a tasa anual, convirtiéndose en el nivel más alto desde 2001.
Usualmente, abril presenta tasas negativas o muy bajas, sin embargo, por segundo año consecutivo, se presentaron cifras demasiado elevadas que afectan directamente en la canasta básica del mexicano.
En entrevista con MVS, Gerardo Vargas, Chief Financial Officer de Engen Capital, mencionó que la inflación afecta disparejo, lo que provoca presión en los consumidores, debido a que los salarios no suben al mismo ritmo que los bienes que consumen.
Los precios aumentaron 9.3%, por ende, de los 299 productos básicos que conforman la canasta INPC, más de 240 reportan, por tercer mes consecutivo, aumentos de más de 4% anual.
Sólo en abril, los precios crecieron 0.54%, según datos del INEGI
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Para hacer frente a la situación, Banco de México, subió nuevamente su tasa de interés en 50 puntos base, el pasado 12 de mayo.
Banco de México, que tiene un objetivo permanente de inflación de 3% +/- un punto porcentual, ha elevado la tasa referencial en un total de 250 puntos base, en sus últimas siete reuniones de Política Monetaria hasta su nivel actual de 6.5%.
Con respecto a lo proyectado durante el primer trimestre del año y lo reflejado durante el mes de abril, se estima cerrar el año con una inflación de 6.8%, siempre y cuando el entorno externo, mejore en el segundo semestre de 2022.
Sin embargo, este no es un fenómeno exclusivamente mexicano. Hoy, la inflación de Estados Unidos está en 8.5% (su máximo desde diciembre de 1981) y es superior al 7.7% de México. Estas inflaciones altas presionan a las tasas de interés. La Reserva Federal (FED) lo subiría hasta 2.50% al cierre de 2022, mientras que Banco de México lo elevaría hasta 9.0%.
Aunado a lo anterior, aún no se resuelven los “cuellos de botella” externos: suministros, commodities, guerra. En consecuencia, se mantienen las presiones de costos sobre la inflación y las tasas de interés.
Este fenómeno seguirá presionando los costos de las empresas y éstas deben cuidar su capital de trabajo, por lo que contar con un financiamiento puede ayudarles a hacerle frente a coyunturas económicas complicadas.
“Existen diferentes alternativas de financiamiento, como el sale and lease back, que consiste en vender la maquinaria de una empresa y volverla a rentar. Esta estrategia genera liquidez, debido a que las rentas se mantienen fijas, sin importar cómo se muevan las tasas de interés, el costo se mantiene igual. Y, posteriormente, pueden renovar contratos con maquinaria de vanguardia”, concluyó Vargas.