Los equipos negociadores de Canadá y Estados Unidos comenzaron este viernes un tercer día de conversaciones para salvar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y las diferencias entre las dos partes parecían haberse reducido.
La ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, repitió su visión optimista sobre las negociaciones del TLCAN, calificándolas nuevamente de constructivas, mientras hablaba con reporteros antes de reunirse con el Representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer.
El principal punto en las discusiones parece ser el sistema de suministro lácteo de Canadá, de acuerdo al asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, quien habló antes del inicio de la reunión para salvar el acuerdo de 1,2 billones de dólares al año en comercio entre Estados Unidos, Canadá y México.
Kudlow deletreó enfáticamente “L-E-C-H-E” en una entrevista con Fox Business Network al ser consultado sobre las negociaciones.
El presidente Donald Trump llegó a un acuerdo comercial con México y amenazó con seguir adelante sin Canadá, una medida que acabaría con el TLCAN.
Otro punto de fricción es el deseo de Ottawa de mantener el mecanismo de resolución de disputas -Capítulo 19- del TLCAN y las leyes de medios que favorecen el contenido producido en el país.
Una fuente canadiense conocedora de la situación, que habló bajo condición de anonimato, dijo que los negociadores de ese país creen que es posible que las conversaciones sigan hasta fin de mes.
Un funcionario estadounidense dijo a Reuters el jueves que Canadá necesita avanzar en el asunto de los lácteos. En su reciente acuerdo comercial con la Unión Europea, Canadá hizo concesiones en las importaciones de estos productos.
“Estamos concentrados en tres asuntos: el Capítulo 19, los problemas culturales y los productos lácteos. Hemos creado una palanca e impulsado a Canadá a la mesa”, dijo el funcionario estadounidense. “Parte de nuestro problema es que Canadá ha estado retrocediendo en sus compromisos (en productos lácteos)”.
Trump está enfocado en lo que él considera comercio “injusto” como parte de su agenda “Estados Unidos Primero” para impulsar las manufacturas y empleos en su país, imponiendo aranceles a socios comerciales incluidos Canadá, China, la UE y México. Esto ha provocado represalias.