Las importaciones estadounidenses de vino de California y miel de Vermont enfrentarían aranceles al entrar a Canadá si la administración del presidente estadounidense Donald Trump decide incluir a este socio comercial en la imposición de aranceles al acero y el aluminio.
Según información publicada en medios canadienses, estos productos enfrentarían aranceles en respuesta a la medida proteccionista de la Casa Blanca contra su principal abastecedor de estos metales.
Incluso, el gobierno canadiense contempla aplicar sus represalias comerciales contra su principal socio aun en contra de sus obligaciones ante la Organización Mundial del Comercio.
Canadá es el principal abastecedor de estos metales a Estados Unidos, con seis por ciento del mercado total estadounidense en acero y 2.3 millones de toneladas de aluminio canadiense entrando a territorio estadounidense cada año.
La ministra de Asuntos Globales, Chrystia Freeland, señaló que no hay justificación para que Washington incluya a Canadá, “su socio militar”, en la imposición de aranceles al acero y aluminio.
“Cualquier restricción dañaría a los trabajadores, a la industria y a los fabricantes en ambos lados de la frontera. La industria del acero y el aluminio está altamente integrada y es compatible con las cadenas de suministro de manufactura que son críticas para América del Norte”, advirtió la semana pasada.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau afirmó que si Estados Unidos incluye a Canadá en los aranceles al acero y aluminio sería una decisión “sin sentido” y “absolutamente inaceptable”.
Canadá, socio de Estados Unidos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD por sus siglas en inglés), está reconocido en la legislación estadounidense como parte de la Base Industrial y Tecnológica Nacional de Estados Unidos relacionada con la defensa nacional.
Se espera que Trump anuncie la lista de países que serán afectados con 25 por ciento a las importaciones de acero y 10 por ciento a las de aluminio.
La United Steelworkers, que representa a trabajadores del sector acerero en ambos lados de la frontera, pide al gobierno de Trump que exente a Canadá, pero en Ottawa no hay optimismo pues la administración Trump ha arremetido contra las importaciones de aviones, papel y madera canadienses.
Colin Robertson, exdiplomático canadiense en Estados Unidos, consideró que Canadá y los otros países afectados por la inminente medida deben dar a conocer una lista conjunta de exportaciones estadounidenses que serán afectadas.
En tanto, Laura Dawson, del Instituto Canadiense del Centro Wilson en Washington, dijo que Ottawa debería esperar a ver cómo el anuncio golpea a los propios importadores estadounidenses de acero, que prevén presentar denuncias ante las cortes de su país.
Los funcionarios canadienses y gobernadores siguen cabildeando entre sus contrapartes estadounidenses para lograr que Canadá sea exentado de las tarifas arancelarias al acero y aluminio.
“Canadá defenderá a la industria acerera y sus trabajadores frente a inaceptables tarifas”, afirmó Freeland luego de reunirse con presidentes de empresas de acero y aluminio.