El plan del presidente Donald Trump de imponer aranceles al acero y al aluminio que ingresa al mercado de Estados Unidos presagia una probable salida de este país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de acuerdo con Goldman Sachs.
“Hay muchas posibilidades de que esto (los aranceles) eventualmente lleven al presidente a anunciar que tiene la intención de retirarse del TLCAN, pero tal anuncio no parece probable en el corto plazo”, de acuerdo con el analista Jan Hatzius, economista jefe de Goldman Sachs.
Hatzius agregó que la propuesta tarifaria “no se basa en ningún argumento económico y en su lugar impone restricciones comerciales por motivos de seguridad nacional”.
La semana pasada, el presidente Donald Trump anunció su intención de imponer un arancel de 25 por ciento sobre el acero y de 10 por ciento sobre el aluminio que ingresa al mercado de Estados Unidos.
La lógica del Departamento de Comercio para imponer tales aranceles es que supuestos subsidios al acero y aluminio de China y otros países colocan a las acereras estadunidenses en desventaja, lo que podría sacarlos del mercado. Eso, añadieron, es un riesgo de seguridad nacional.
En otro análisis, Goldman Sachs destacó no obstante que los aranceles pueden perjudicar a Estados Unidos al elevar costos a sus productores de sectores industriales, además de que dañaría a sus aliados más que a sus rivales económicos.
De acuerdo con el Departamento de Comercio, Canadá y Brasil, aliados comerciales de Estados Unidos, fueron los principales exportadores de acero a Estados Unidos.
En cambio, China, que es frecuentemente criticada por exportar acero subsidiado, no se encuentra entre los 10 principales exportadores a Estados Unidos de esta materia prima.
“Al imponer tarifas generales a todas las importaciones de acero y aluminio, el mayor impacto económico recae sobre Canadá, México y la Unión Europea, e irónicamente reduce el impacto económico sobre China y Rusia”, de acuerdo con Goldman Sachs.
Asimismo, la industria automotriz de Estados Unidos también sufriría un severo impacto por un alza en los aranceles sobre el acero, la materia prima esencial para las empresas de este sector.
En un análisis adicional, Goldman Sachs señaló que las automotrices General Motors y Ford Motor verían una reducción de sus ganancias de unos mil millones de dólares para cada empresa con base en la producción de 2017.
Goldman Sachs explicó que si la tarifa del 25 por ciento se traduce en un incremento similar en los precios del acero cada empresa sufriría un impacto equivalente a entre 12 y 17 por ciento de su utilidad operativa ajustada de 2017.