Cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), como lo propuso Andrés Manuel López Obrador, generaría importantes pérdidas económicas, habría una destrucción de empleos y duplicaría los costos de operación y por tanto, elevaría los precios para los pasajeros, aseguró la Canaero.
“El proyecto sería un hito del futuro de la aviación en México, porque va a generar más de un millón de empleos, tanto en la obra, como en la operación de las líneas aéreas, que sería adicional al millón que se tiene en la actualidad”, destacó el presidente de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), Sergio Allard Barroso.
Al participar en la Mesa Redonda “Ventajas, función y operatividad del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”, dijo que la cancelación del proyecto traería un tope de crecimiento y de beneficios al país, así como un límite de rutas y de conectividad, en prejuicio de los pasajeros.
Dijo que la propuesta del candidato de Morena de tener dos aeropuertos, el actual y otro en la Base Militar de Santa Lucía, tendría complicaciones en el espacio aéreo, tanto en aproximaciones y despegues, como en movilidad entre ambas terminales.
Allard Barroso resaltó que habría “una pérdida de conectividad y sobre todo, duplicaría los costos y los precios, porque las aerolíneas tendrían que hacer dos flotas, separar la optimización de itinerarios, de tripulaciones, dobles costos de mantenimiento y eso elevaría de sobremanera el precio de las tarifas a los usuarios.
El presidente de la Canaero expresó también que por la construcción del nuevo aeropuerto, las aerolíneas mexicanas ya habían hecho compromisos de largo plazo por alrededor de 25 mil millones de dólares en la compra de nuevos aviones, que se frenarían.
Por separado, el director Internacional de Mitre, Bernardo Lisker, consideró que el plan de construir un aeropuerto en Santa Lucía es inviable aeronáuticamente, debido a una interferencia en el flujo de aviones que haría las operaciones inseguras e incluso restaría capacidad.
Explicó que las aproximaciones en la terminal actual se concentran en San Mateo, las cuales se cruzarían a una distancia vertical menor a mil pies con las de la base militar.
El especialista indicó que esta interferencia va contra las reglas del sector, por lo que los controladores tendrían que ampliar la distancia entre una aeronave y otra para evitar un incidente, por lo que la capacidad de operación se mantendría igual o menor a la del aeropuerto actual.
Y es que, precisó, el descenso de un avión empieza muchos kilómetros antes, por lo que simulando las operaciones de ambas terminales las aeronaves llegarían a la zona de San Mateo a 12 mil 500 pies, mientras las que van al AICM pasan en ese sitio a 12 mil pies, por lo que habría una interferencia, con distancia vertical de menos de mil pies.
“Usando navegación satelital, que todavía no está implementada en México para ver si en algun futuro funcionaría con la mayor tecnología que hay en Estados Unidos, no funcionó. Buscamos otra forma de aproximarnos al aeropuerto, no se pudo”, afirmó.
De acuerdo con el especialista, las dos terminales que propone López Obrador no tendrían la capacidad requerida ni serían eficientes, ya que sería un grave problema al separar el aeropuerto internacional y el doméstico.
“Aun si a nadie le importara la eficiencia y el ruido técnicamente sería un procedimiento inseguro que no es viable aeronáuticamente hablando; solamente se puede si la capacidad es mínima”, agregó.
Por separado, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, llamó al candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, a privilegiar el diálogo y respetar los contratos y proyectos en la construcción del NAICM.
En entrevista, luego de una reunión con el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Ernesto Cordero Arroyo, el líder empresarial expuso que el tema del nuevo aeropuerto se tiene que discutir, para establecer si técnicamente puede o no ser mejorable, porque una obra de tal envergadura no puede detenerse.
“Suspender los contratos no sería una medida adecuada, que le dé prestigio al Estado mexicano, queremos discutirlo a profundidad, técnicamente pero no desde el punto de vista del Estado de derecho, porque eso está claro, los contratos se deben honrar”, apuntó.