La industria automotriz y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) analizan las estrategias de casas de subastas de Estados Unidos, que han elevado la importación de unidades “chatarra” a México por encima de la regulación.
El director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (Amda), Guillermo Rosales Zárate, dijo que los subastadores estadounidenses e importadores mexicanos encontraron una nueva forma de introducir los autos a México, al catalogarlos como “pérdida total”.
En entrevista, luego de presentar los resultados de producción y ventas del sector, dijo que a partir del segundo semestre de 2017 se observa un incremento en el número de vehículos importados, lo que hace necesario remarcar la política de control en la importación.
Ello, “puesto que se están observando prácticas que resultan extrañas, como es el hecho de que vehículos que el día que se subastan tienen marcado en su título de propiedad la leyenda ‘total lost’, y conforme a la regla 5.2.1 de comercio exterior emitida por el SAT no podrían importarse a México”.
Al respecto, detalló que inmediatamente después de haberse subastado hay un cambio en el título con la leyenda “salvage”, pero ya sin la observación de la condición “pérdida total”, y con esto se ha venido haciendo la importación de vehículos.
Esto explica el repunte visto, refirió Rosales Zárate, “hemos trabajado ya muy directamente con el Servicio de Administración Tributaria, para poder tener el suficiente control en esta situación que ocurre en Estados Unidos por parte de empresas norteamericanas con compradores en México”.
Así, comentó que 2017 cerró con la importación de 123 mil 638 unidades, es decir, 24 mil 191 vehículos o 16.4 por ciento menos respecto a 2016, por lo que si bien hubo una reducción, “no correspondió al ritmo que llevaba”.
“Este dato en la perspectiva de largo plazo resulta muy favorable. Nos da una participación de usados importados de 8.1 por ciento, sin nos comparamos con el total de vehículos nuevos vendidos en el año”.
Sin embargo, apuntó, es de observar que el dato de 123 mil 638 unidades “quedó por arriba de lo que había venido siendo la tendencia de los primeros siete meses, que nos daba una aproximación total de vehículos importados en el año entre 100 mil y 110 mil unidades”.