Las sanciones comerciales contra Rusia “son una locura”, declaró el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, desde Moscú, donde la víspera asistió a la asamblea anual de los empresarios de su país que invierten en esa nación.
“No es normal que yo esté aquí, un miércoles por la tarde, cuando debería estar en el ministerio a ocuparme de terrorismo o ciberataques, pero en cambio estamos aquí para hablar de una absurdidad; estoy aquí porque estoy convencido que las sanciones sean una locura económica, social y política”, declaró.
Salvini, también viceprimer ministro y líder de la Liga, el partido que en alianza con el Movimiento 5 Estrellas sostiene al gobierno, llegó a Moscú una semana antes que el jefe del ejecutivo, Giuseppe Conte, quien se entrevistará con el presidente Vladimir Putin durante una visita de Estado.
El ministro del Interior fue invitado por los industriales italianos con intereses en Rusia y que presionan para poner fin a las sanciones comerciales decididas contra Moscú por su anexión de Crimea en 2014.
Según Ernesto Ferlenghi, presidente de los industriales italianos en Rusia, las sanciones impuestas por Occidente cuestan a los empresarios del país europeo 12 millones de euros al día.
En ese sentido, Salvini aseguró que las sanciones han afectado sobre todo los intereses de las empresas italianas, sustituidas por las chinas o, incluso, de otras naciones europeas.
Se trató de la segunda visita del líder de la Liga a Rusia en tres meses, luego de que en julio pasado asistió al Mundial de Futbol y se reunió con su homólogo Vladimir Kolokoltsev.
“Aquí me siento en casa, lo que no ocurre en algunos países europeos”, declaró.
“Me asumo el compromiso como vicepresidente del Consejo: si alguien en este continente buscará atizar la enemistad entre Italia y Rusia, en mí y en el gobierno italiano tendrá el mayor adversario”, aseguró.