Las tasas de interés en México estarán presionadas al alza durante la primera mitad de 2018 debido a un entorno volátil y una alta inflación, pero no se descartan reducciones en el segundo semestre, una vez que pase la elección presidencial.
Analistas privados anticipan que el Banco de México (Banxico) estará más vigilante del comportamiento de la inflación, la cual llegó a 6.63 por ciento a tasa anual en noviembre pasado, el segundo nivel más alto en 16 años y muy lejos del objetivo de 3.0 por ciento.
La mayoría de los integrantes de la Junta de Gobierno prevé que la convergencia al objetivo de 3.0 por ciento sea más lenta que la que se anticipaba, por lo cual espera que la inflación alcance niveles cercanos al objetivo a finales de 2018 y fluctúe alrededor de dicho nivel en 2019.
En la minuta de la reunión de política monetaria del 14 de diciembre pasado, señaló que el principal reto que enfrenta la Junta de Gobierno del Banxico es el de mantener ancladas las expectativas de inflación de mediano y largo plazo y reforzar la tendencia descendente de la inflación general hacia su meta.
Por ello, anunció que ante la intensificación de los riesgos que pudieran afectar a la inflación, la Junta estará vigilante y, en caso de ser necesario, tomará las acciones correspondientes, tan pronto como se requiera.
Ello, para asegurar que se mantenga una postura monetaria que fortalezca el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazo y logre la convergencia de esta a su objetivo, agregó el documento.
Así, para controlar la inflación, el instituto central subió 25 puntos base en la tasa de referencia el 14 de diciembre para ubicarla en 7.25 puntos base, y se prevén al menos un alza más en la primera mitad de 2018.
La más reciente encuesta de Citibanamex a instituciones bancarias y casas de bolsa muestra una diversidad de opiniones respecto a trayectoria que seguiría la tasa de referencia del Banxico en el corto plazo.
No obstante, la idea de que el Banxico realizaría un incremento de 25 puntos base seguido de por lo menos un recorte antes de que concluya el 2018, fue la que prevaleció en la encuesta dada a conocer el 19 de diciembre de 2017.
Así, el 75 por ciento de los participantes optaron por señalar un incremento en la tasa durante la primera mitad del 2018.
La tasa de fondeo concluiría el 2018 en un nivel de 7.25 por ciento, destacando el alto nivel de dispersión (57 puntos base) con estimaciones que van desde 6.25 por ciento hasta el 8.0 por ciento.
Al respecto, el director general de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte, Gabriel Casillas Olvera, estimó que el Banxico elevaría la tasa a un día en 25 puntos base en la reunión de política monetaria de febrero de 2018, para llegar a 7.50 por ciento.
En entrevista con Notimex, agregó que existe la posibilidad de que en la segunda mitad del año, después del resultado electoral en México pueda haber una baja de tasas.
“Sin importar quién gane, va a haber espacio para bajar la tasa porque la inflación es probable que ceda, y quien gane, yo creo que los inversionistas van a tomar el resultado electoral como bueno, como que ya pasó el evento de riesgo y ya después se preocuparán cuáles son las políticas que cada quien quiera poner”, añadió.
El también presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) estimó que pasada la elección se espera una apreciación importante del tipo de cambio, y el resultado electoral ya lo evaluarán más adelante los inversionistas, cuando se nombre al gabinete y se vean las políticas a perseguir.
Del 15 de diciembre de 2015 al 14 de diciembre de 2017, el Banxico ha elevado la tasa de referencia en 425 puntos base, del mínimo de 3.0 por ciento que mantuvo por poco más de siete años, hasta el nivel actual de 7.25 por ciento.
En estos dos años, diversos factores internos y externos han obligado al banco central en México a actuar a través del incremento de tasas de interés, una de sus herramientas de política monetaria, a fin de controlar el repunte gradual que ha venido registrando la inflación.
Los elementos que han presionado los precios al consumidor han sido la depreciación acumulada del tipo de cambio desde finales de 2014, los aumentos en los precios de los energéticos, del salario mínimo y algunos productos agropecuarios, entre otros.
La volatilidad del peso mexicano se debe a la incertidumbre por la elección presidencial en México, a realizare el 1 de julio de 2018, lo cual podría llevar al Banxico a elevar la tasa de referencia durante el primer semestre, con un primer aumento en la próxima reunión de política monetaria del 8 de febrero próximo.
No obstante, los especialistas del sector privado anticipan que una vez que disipe la volatilidad y la inflación empiece a ceder, el Banxico relajará la política monetaria con bajas en la tasa de referencia durante la segunda mitad de 2018, ya que haya pasado la elección presidencial.
El director general de Grupo Bursamétrica, Ernesto O’Farril Santoscoy, dijo que Estados Unidos irá incrementando su tasa de interés de manera gradual hacia adelante, mientras que México tendrá que hacer lo mismo ante el reciente repunte de la inflación.