Inflación en México no es generada por precios de gasolinas: Bank of America

Indicó que, si bien no hay un “gasolinazo”, sí hay una “cuesta de enero” que se prolongará a febrero y marzo.

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La inflación en México, que al cierre de 2017 llegó a 6.77 por ciento, no está siendo generada por los precios de las gasolinas y el diésel, afirmó Bank of America Merrill Lynch (BofAML).

El economista en jefe para México y Canadá de la firma consultora, Carlos Capistrán, estimó que la inflación anual se mantendrá por arriba de 4.0 por ciento la mayor parte de 2018, pero se desacelerará a 3.6 ciento al cierre del año, desde 6.77 por ciento en 2017.

Al presentar las expectativas económicas de BofAML para 2018, afirmó que los precios de la gasolina liberados totalmente en todo el país a partir del pasado 30 de noviembre no tuvieron la mayor contribución a la inflación al cierre de 2017.

Si bien no hay un “gasolinazo”, sí hay una “cuesta de enero” que se prolongará a febrero y marzo, pues la alta inflación, que al cierre de 2017 se ubicó muy por arriba del objetivo del Banco de México (Banxico) de 3.0 por ciento, hace que el inicio de año “se sienta muy difícil”.

Por otra parte, estimó que la economía mexicana se desacelerará a un crecimiento de 1.6 por ciento en 2018, desde 2.1 por ciento el año pasado, debido a un débil comportamiento del consumo y la inversión.

Señaló que la economía doméstica se desacelerará luego de las estrictas políticas fiscales y monetarias, así como por la incertidumbre derivada de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y las elecciones en México.

No obstante, la reforma fiscal recién aprobada en Estados Unidos, en la cual destaca la reducción del Impuesto Sobre la Renta (ISR) corporativo, provocará un crecimiento sólido en la economía estadounidense que apoyará a la economía mexicana.

En opinión de Capistrán, México no tiene espacio fiscal para contrarrestar el efecto de la reforma fiscal aprobada por Estados Unidos, pues si baja el impuesto corporativo tendría que subir otros gravámenes, lo cual siempre es difícil y en un año electoral como este, es casi imposible.

“Quizá después de las elecciones, al final del año, podríamos ver algo en ese sentido, pero definitivamente tendría que ser algo así: si para que las empresas puedan competir les vamos a bajar el ISR corporativo aquí, se necesita compensar subiendo algo más este año; el próximo año puede haber más espacio para hacer algo”, comentó.

Sobre las tasas de interés, anticipó que el Banco de México (Banxico) reducirá las tasas de referencia a tasas a 6.0 por ciento para fines de 2018, desde 7.25 por ciento el año pasado, tras un incremento en la primera mitad de este año, pero posibles reducciones después de la elección presidencial aquí.

En el caso del tipo de cambio, seguiría un comportamiento similar a la tasa de referencia, pues de aquí a la elección presidencial del 1 de julio registrará una importante volatilidad que la llevará a un nivel cercano a 21 pesos por dólar, pero una vez despejada esta incertidumbre cerrará el año en 20 pesos por divisa.