La Organización Mundial del Comercio (OMC) prevé para 2017 un crecimiento del comercio mundial de 2.4 por ciento a pesar de la profunda incertidumbre de la economía y de las políticas, mientras que para el 2018, el aumento podría ser de entre 2.1 y 4 por ciento.
El director general de la OMC, Roberto Azevêdo, afirmó que el escaso crecimiento del comercio internacional registrado en los últimos años refleja en gran medida la persistente debilidad de la economía mundial.
Mencionó que el comercio puede fortalecer el crecimiento mundial si la circulación de mercancías y el suministro de servicios, a través de las fronteras, se mantiene en general sin trabas.
No obstante, advirtió que si los encargados de la formulación de políticas tratan de hacer frente a las pérdidas de puestos de trabajo en sus respectivos países mediante la imposición de rigurosas restricciones a la importación, el comercio no puede contribuir a impulsar el crecimiento y puede representar un lastre para la recuperación.
Refirió que la impredecibilidad de la evolución de la economía mundial en el futuro próximo y la incertidumbre sobre las medidas que tomarán los gobiernos en relación con las políticas monetarias, fiscales y comerciales aumentan el riesgo de contención de la actividad comercial.
Agregó que un repunte de la inflación que redunde en un incremento de los tipos de interés, endurecimiento de las políticas fiscales e imposición de medidas restrictivas del comercio son factores que podrían desacelerar el crecimiento del comercio durante los dos próximos años, advirtió la OMC.
Indicó que en 2016, los mediocres resultados del comercio, que creció sólo en un 1.3 por ciento, se debieron en parte a factores cíclicos, al desacelerarse la actividad económica en general, pero obedecieron también a cambios estructurales más profundos en la relación entre el comercio y las actividades de producción.