Tras la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos, que reducirá la carga impositiva para las empresas en ese país a 21 por ciento, los empresarios mexicanos iniciaron encuentros con autoridades federales a fin de analizar las mejores alternativas para México y mantener la competitividad en materia de inversiones.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y sus organizaciones afiliadas informaron en un comunicado que ya están en conversaciones con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para analizar las mejores alternativas frente a la competencia que implicará el nuevo diseño tributario del vecino del norte.
El organismo empresarial señaló que se hace necesario evaluar el establecimiento de una política de promoción al crecimiento y la reinversión de las empresas.
Lo anterior, basados en el principio de no romper el equilibrio fiscal del gobierno ni caer en el aumento de la deuda, sino en una mayor eficiencia en el gasto corriente, así como alentar la reinversión de utilidades, la generación de empleos y la promoción a la inversión productiva del país.
Señaló que México es atractivo a la inversión extranjera y por lo tanto se requiere de mayor certeza jurídica a las inversiones actuales y futuras, en lo que jugará un papel muy importante el resultado de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Sin embargo, dejó en claro que a nivel internacional existe ya una fuerte competencia por atraer capitales y por ofrecer las mejores condiciones fiscales a las empresas, y la nueva política estadounidense alentará los ajustes a la baja de las tasas impositivas.
Por lo tanto, es posible alentar el círculo virtuoso de la producción a través de detonar la inversión y la generación de empleos con políticas fiscales promotoras, aumentar las reinversiones y la capacitación de los trabajadores para que cuenten con un mayor ingreso y todo esto genere mayor inversión sin comprometer la recaudación de nuestro país.
“Hemos iniciado conversaciones con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para analizar los posibles escenarios y respuestas ante un cambio fiscal de tal dimensión en política fiscal de nuestro principal socio comercial. Un entorno fiscal competitivo sin que se desequilibre nuestro balance fiscal”, señaló.
Sostuvo que para tal efecto se considerará necesario dividir las medidas fiscales en distintos ejes, como medidas que fomenten el empleo a través de la inversión con énfasis en pequeñas y medianas empresas, que promuevan la reinversión de utilidades, disminución paulatina del ISR con balance fiscal, incentivos direccionados a cadenas de valor hacia la exportación, entre otros aspectos.
Asimismo, consideró que es momento de discutir una nueva reforma fiscal incluyente y promotora de la generación de valor añadido a través del esfuerzo de las personas y mayor participación en la contribución fiscal, analizando impuestos al consumo e impuestos regionales, de acuerdo con las mejores prácticas internacionales.
De manera adicional, señaló, se requiere de la participación de la Secretaría de Economía y gobiernos locales para aligerar la carga administrativa de las empresas ante el cúmulo de trámites e inspecciones regulatorias a nivel municipal, estatal y federal.
“Los actuales son momentos para una participación conjunta de todos los sectores. El sector público con la optimización de su gasto y la efectividad en los subsidios para la pobreza; el sector laboral con mayor capacitación y productividad, y la iniciativa privada con mayor inversión y reinversión de utilidades para el crecimiento de la planta productiva”, finalizó el CCE.