Negocios en estados fronterizos de Estados Unidos han comenzado a sentir el efecto de las propuestas migratorias y comerciales propuestas por el presidente Donald Trump y este fin de semana registraron un descenso en el número de visitantes mexicanos que llegaron al país para hacer sus compras.
“Nuestras ventas cayeron alrededor de un 20 %. Se notó la falta de compradores mexicanos este fin de semana “, dijo a Efe Robert Geller, gerente comercial de una cadena de tiendas en Tucson (Arizona).
Después de que Trump firmara la semana pasada una orden ejecutiva para construir un muro en la frontera con México y se hablara sobre un posible arancel del 20 % sobre los productos de este país, se inició una campaña en las redes sociales para que los consumidores dejen de cruzar la frontera para hacer sus compras en EE.UU.
De acuerdo a estudios económicos hechos por la Universidad de Arizona (UA), el visitante mexicano genera 2 mil 500 millones de dólares anuales a la economía del estado, y de estos 900 millones se quedan en el Condado Pima, donde se encuentra la ciudad de Tucson.
En este estado se vivió algo similar en 2010 cuando se firmó la ley estatal SB1070, la cual otorgó el poder a los departamentos policiacos de cuestionar el estatus migratorio de las personas que son detenidas.
“Creo que tanto en los Estados Unidos como en México se está creando un sentimiento nacionalista que al final solo dañará a los negocios y los mismos consumidores en ambos lados de la frontera y no a los políticos y líderes de gobierno”, dijo Felipe García, vicepresidente del programa de promoción turística Vamos a Tucson.
A esta campaña en México, hay que sumar otra en la que se pide que se haga un boicot a los negocios estadounidenses que operan en ese país.
“Los que van a perder más son los consumidores, los empleados, los proveedores en ambos lados de la frontera. Debemos ser más estratégicos en cómo liderar con esta situación”, dijo el experto en relaciones comerciales.
La pasada semana, Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas para levantar un muro en la división con México y aumentar los uniformados de la Patrulla Fronteriza e Inmigración (ICE) con el objetivo de incrementar las deportaciones.
El presidente estadounidense reafirmó además su intención de que sea México el que pague por el millonario coste de construir el muro, lo que se ve como una humillación en el país vecino.
La polémica entre ambos Gobiernos llevó al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, a cancelar la pasada semana su visita a Washington para reunirse este martes con Trump, después de que éste amenazó con cancelar él mismo el encuentro si México no estaba dispuesto a pagar por el muro que quiere construir en la frontera.