Cuando decidió subir contenido para adultos hace más de dos años, Cecilia Sopeña ya había ganado un centenar de carreras y le iba muy bien, pero no le fue fácil compaginar su vida personal y social al sufrir el rechazo de su familia y verse obligada a dejar las carreras por el acoso que sufría en el ciclismo, por lo que ahora decidió dejar atrás esa etapa y centrarse en un presente alejado de este tipo de contenidos, por lo que quiere, entre otras cosas, borrar su pasado digital.
A pesar de que entre risas Cecilia Sopeña confesó a Juan Dávila en su show de octubre pasado que “he ganado un milloncito a base hacer vídeos bonitos” y de que incluso dijo que le habriría su página azul a su mamá, ahora casi un año después señala que quiere borrar su pasado digital de contenido para adultos: “Este mensaje nace desde la verdad de lo que soy hoy. Desde la calma de una mujer que ya no necesita explicar nada, pero ha elegido poner en palabras sus límites”.
Así, arrepentida de haber hecho dinero fácil subiendo contenido para adultos, la ciclista Cecilia Sopeña ahora lamenta el acoso que sus acciones le han traído en su faceta como ciclista, en la que fue subcampeona Regional de pista en 2017 y 2018, medalla de plata en la persecución por equipos en pista 2015 y campeona Regional de Contrarreloj Individual en 2014, además de registrar más de 100 victorias y haber construido una reputación importante como deportista, pero todo cambió.
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Demandará a quien distribuya videos o imágenes de ella
“He iniciado una nueva etapa en mi vida: una etapa más consciente, más ordenada, más digna y profundamente coherente con quien he llegado a ser”, añadió la ciclista española Cecilia Sopeña, quien quiere borrar su pasado digital de contenido para adultos, pues “tengo derecho a proteger mi imagen. Tengo derecho al olvido. En virtud del artículo 17 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), he activado con mi equipo legal el derecho al olvido: el derecho a eliminar de Internet todo aquello que ya no refleja quién soy ni cómo deseo ser recordada”.
Ah, pero eso no fue todo, pues amenazó incluso con que “cualquier contenido que esté siendo difundido, compartido o almacenado fuera de sus plataformas originales y privadas será motivo de acción legal inmediata. Esto incluye vídeos, imágenes, extractos y enlaces que estén fuera de contexto o filtrados sin consentimiento”, decisiones tomadas junto a abogados y expertos en reputación digital: “No es amenaza. Es orden. Es protección”.
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Cecilia Sopeña exige ahora respeto y silencio
Con sus plataformas todavía abiertas “por motivos de gestión fiscal y compromiso profesional”, indicó que “ya no representan mi identidad pública. Por eso pido respeto. Mi nombre merece ahora silencio, honor y dirección. Yo no necesito validación externa. Mi nueva libertad es poder decidir lo que ya no quiero y ya no quiero estar expuesta, ya no quiero ser explicada y ya no quiero ser interpretada”.
Autodenominada como “actriz porno de autogestión propia”, la ciclista decidió así abandonar aquella etapa para dar pie a una nueva en la que por fin pueda ser ella misma: “Mi historia ha sido intensa, pero mi presente es limpio. Y mi futuro... mío. Por eso pido respeto. Y especialmente, cuidado con lo que se difunde, se comparte o se nombra, pues quien quiera proyectar sobre mí juicios, etiquetas o desprecio solo está revelando lo que lleva dentro. Cada crítica habla más del emisor que del destino”.