El boxeo, la NFL, las artes marciales mixtas e incluso el mismísimo rugby del que se inspira no son tan brutales y mortales como el reto “run it straight”, en el que competiciones por algunos cuantos miles de euros acaban en la muerte de este joven de apenas 19 años al impactarse de lleno y sin protección contra su rival.
Muy popular en redes sociales como Facebook, TikTok, Instagram y hasta Youtube, el reto “run it straight” cada vez gana más y más adeptos como un nuevo “deporte” derivado del rugby, en el que dos rivales se enfrentan cara a cara con la finalidad de estrellarse a alta velocidad y sin intención de evitar el impacto, lo que la causó la muerte a este joven de tan solo 19 años en Nueva Zelanda.
El nuevo deporte que pone en riesgo la salud de sus atletas
El “run it straight” es la nueva moda que ha calado especialmente en países con tradición de rugby y en los que se llegan a jugar competiciones por miles de euros, al parecer sin importar que este joven de 19 años haya encontrado la muerte en Nueva Zelanda tras sufrir una grave contusión en la cabeza.
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Sin protección alguna, este nuevo “deporte” se ha puesto de moda en redes sociales, extendiéndose en Nueva Zelanda y Australia (dos países amantes del rugby) entre los jóvenes que ven en él la posibilidad de ganarse unos dólares, sin importar poner en riesgo su físico ni tampoco su mente.
El joven de 19 años que murió en ‘run it straight’
La tarde del domingo en la ciudad de Palmerston North, al sur de la Isla Norte, en Nueva Zelanda, Ryan Satterthwaite, de 19 años, tuvo que ser hospitalizada luego de que “sufrió una grave lesión en la cabeza al ser derribado” por su rival durante el desafío “run it straight”, indicó la policía en un comunicado.
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A pesar de que fue atendido lo más pronto posible, Ryan Satterthwaite finalmente no resistió y falleció la noche del lunes, por lo que “instamos a cualquiera que esté pensando participar en un competencia o evento como este a que considere los importantes riesgos de seguridad y lesiones”, alertó la policía neozelandesa, mientras expertos neurocirujanos han comparado esta práctica con un deporte de combate, advirtiendo que los participantes enfrentan graves riesgos de conmoción cerebral.