A cambio de dinero y con la promesa de guardar silencio, una mujer surcoreana identificada como Yang le envió al futbolista Son Heung-min una ecografía de un bebé que aseguraba era suyo, por lo que además de ser arrestada, también fue condenada por extorsión a cuatro años de prisión por el Tribunal del Distrito Central de Seúl, que determinó que la acusada actuó de manera deliberada y malintencionada.
Yang ya había logrado obtener 300 millones de wones (unos 204 mil dólares) del jugador Son Heung-min en 2024 mediante presiones y amenazas, aunque al no ser suficiente para ella intentó coordinar nuevos actos de extorsión con un hombre identificado como Yong.
Yang negó todos los cargos
Yang negó los cargos tanto de extorsión como de intento de extorsión durante el proceso judicial, en el que el tribunal indicó que "mintió" a Son Heung-min al presentar la ecografía como prueba de un embarazo que no había sido verificado ni relacionado con él. Su cómplice Yong, en cambio, sí aceptó su participación, por lo que recibió una sentencia de dos años de prisión.
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Cuando el futbolista aún jugaba para el Tottenham Hotspur el año pasado, fue cuando la mujer y el hombre habían intentado chantajear nuevamente a Son antes de su transferencia al LAFC de la Major League Soccer (MLS) en agosto, de acuerdo con la investigación, por lo que ambos fueron detenidos en mayo bajo sospecha de haber planificado un segundo intento de extorsión.
¿Quién es Son Heung-min?
A sus 33 años, se trata de una de las mayores figuras del futbol asiático que luego de una década en el Tottenham decidió unirse a Los Angeles Football Club, donde continúa su trayectoria en la MLS, a la que llegó luego de que su caso generó un amplio impacto mediático en Corea del Sur por su prestigio y la gravedad de los hechos.
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Castigo ejemplar contra Yang
Ante delitos de manipulación emocional y chantaje, las autoridades judiciales destacaron la importancia de aplicar sanciones firmes, especialmente cuando involucran a figuras públicas susceptibles a presiones y amenazas debido a su notoriedad, por lo que sentenciaron a Yang a cuatro años de prisión en busca de enviar un mensaje contundente contra este tipo de crímenes.