La Liga MX vive una situación preocupante respecto a la presencia de directores técnicos mexicanos. La Liguilla del Apertura 2024 evidenció este problema al no contar con ningún estratega nacional en los banquillos de los equipos clasificados. De cara al Clausura 2025, la situación no mejora, pues solo dos entrenadores nacidos en México parecen tener un lugar asegurado.
El Clausura 2023 fue el último torneo con una cifra considerable de técnicos mexicanos: Eduardo Arce (Puebla), Rafa Puente Jr. (Pumas), Eduardo Fentanes (Santos), Ignacio Ambriz (Toluca), Víctor Manuel Vucetich (Rayados), Benjamín Mora (Atlas) y Raúl Gutiérrez (Cruz Azul). Desde entonces, la tendencia ha sido a la baja.
Para el Clausura 2025, solo Víctor Manuel Vucetich, quien tomó el mando de Mazatlán, está confirmado. Benjamín Mora está cerca de firmar con Querétaro, lo que lo convertiría en el segundo representante nacional.
Te podría interesar
Toluca y Querétaro son los únicos equipos sin entrenador confirmado al momento, pero los rumores apuntan a que optarán por opciones extranjeras, lo que seguiría marginando a los técnicos locales.
Sudamérica y Europa los nuevos lugares de moda en la Liga MX
El deterioro de la presencia de entrenadores mexicanos no es casual. Entre los factores que contribuyen a esta crisis se encuentran la preferencia por extranjeros con experiencia internacional.
Te podría interesar
La Liga MX ha optado por técnicos con currículums en Sudamérica y Europa, buscando resultados inmediatos y dejando de lado a los locales.
Los pocos técnicos mexicanos que llegan a dirigir un equipo suelen enfrentar ciclos cortos, donde no se les permite desarrollar proyectos a largo plazo.
Nombres jóvenes como Rafa Puente Jr. o Eduardo Arce tuvieron oportunidades, pero no lograron consolidarse, lo que alimenta la desconfianza en talentos emergentes.
En riesgo el legado histórico de DT en Liga MX
La Liga MX enfrenta una crisis de identidad en cuanto a su dirección técnica. Con la caída en el número de entrenadores nacionales, el Clausura 2025 podría marcar un punto crítico en el panorama del futbol mexicano.
Si bien la calidad de los técnicos extranjeros es indudable, la ausencia de representantes locales limita el desarrollo del talento mexicano y pone en riesgo la continuidad de un legado histórico en los banquillos.