Los Juegos de Tokio siguen en disputa, mexicanas y mexicanos buscan la gloria, así como en los setentas la imagen de Daniel Bautista entrando al Estadio Olímpico de Montreal 1976, es ya una de las estampas históricas del deporte mexicano.
El sueño de su infancia de convertirse en atleta olímpico y de ganar una medalla se había cumplido tras inspirarse al ver al etíope Abebe Bikila, ese gran corredor de fondo que ganó la Maratón dos veces, en Roma 1960 y Tokio 1964, corriendo descalzo.
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Ese sueño se vio casi truncado cuando en la adolescencia del nacido en San Luis Potosí, criado en Monterrey y afincado para sus entrenamientos en la Ciudad de México, le diagnosticaron una lesión que casi lo retira de la caminata.
Sin embargo, fue el polaco nacionalizado mexicano Jersy Hausseber, conocido como el “padre de la caminata” lo guió, entrenó y apoyó para que no se retirara de ese deporte.
A partir de ese momento, con constancia, ilusión y anhelo por ser medallista olímpico, Bautista comenzó a ganar competencias que lo llevaron a lo más alto.
Así, a partir de 1974, ganó Centroamericanos, Panamericanos, Mundial de Atletismo y la mayor de las competencias para un atleta, la medalla de oro de Juegos Olímpicos.
Daniel nunca se rindió y totalmente recuperado comenzó a ganar a partir de 1974 todas las competencias a las que acudía y con la mira puesta en Montreal 1976.
Daniel Bautista, solo rumbo al oro
El inicio de la competencia de los 20 kilómetros de caminata fue como se esperaba, con los alemanes del este haciendo equipo contra los mexicanos.
Bautista alternaba ritmo de la competencia con Raúl González, ese atleta regiomontano a quien la historia lo recompensaría con medallas en la Olimpiada de Los Ángeles 1984.
La presión de los europeos era mucha, pero Daniel Bautista mostró que estaba preparado para resistir y llegar a la meta.
A partir del kilómetro 17, Bautista se comenzó a alejar de los teutones, los cuales solo observaron como el mexicano poco a poco se fue alejando a un ritmo frenético que era difícil que lo pudieran alcanzar.
Al final, la imagen de Daniel ingresando al estadio bajo la implacable mirada de los jueces, permanece como uno de los grandes logros del olimpismo mexicano.
Heredero del ‘Sargento’ Pedraza
Loa andarines mexicanos, quienes han dado grandes satisfacciones al deporte mexicano, son los herederos de la proeza que hizo el ‘Sargento’ Pedraza en 1968 al obtener la plata en las olimpiadas de México.
El impulso e inspiración que el atleta dio a Daniel Bautista, Raúl González, Ernesto Canto, Domingo Colín, entre otros, se vio recompensado con las medallas olímpicas que ganaron.
Sin embargo, a Daniel Bautista le esperaba un trago amargo cuatro años más tarde después de ganar el oro en Montreal 76: la descalificación en Moscú 80 cuando se enfilaba solo hacia la meta para repetir el oro olímpico.
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