Kobe vs Shaq: una enemistad que dio frutos en los Lakers

A un año de la muerte de Kobe Bryant, recordamos cómo se convirtió en un emblema de los Lakers, especialmente tras competir contra Shaquille O´Neal por ser la máxima estrella del conjunto de Los Ángeles.

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A un año de la trágica muerte de Kobe Bryant, aún el dolor por su partida y la de su hija siguen retumbando en los aficionados de los Lakers, la NBA, el baloncesto y el mundo deportivo, sin embargo, es momento de recordar cómo Kobe logró ganarse el cariño de tanta gente y cómo tuvo que enfrentarse a su máximo aliado para llegar a la cima.

El año 1996 representó el inicio de una nueva era para los Lakers pues mientras Kobe Bryant llegaba directo de la preparatoria al equipo en el draft, Shaquille O´Neal dejaba Orlando para convertirse en la super estrella del cuadro angelino.

Los egos de ambos basquetbolistas, uno empeñado en demostrar desde un inicio que no había nadie mejor que él y el otro en su faceta del mejor jugador del momento, hizo que la química entre ambos chocara constantemente, acumulando fracaso tras fracaso hasta la llegada de Phil Jackson en el año 2000.

Sin terminar de conectar fuera de la duela, con estilos de vida completamente distintos y hasta ataques entre ellos en conferencias de prensa, Jackson consiguió que ambos entendieran que la conexión necesaria era dentro de los juegos, llevando a los Lakers a ganar 3 títulos consecutivos entre el 2000 y el 2002.

La relación, cada vez más tensa, llegó a su conclusión en 2004, cuando la dirigencia optó por vender a Shaq ya con 32 años para así cederle el mando a un joven Bryant que quería demostrar que él era el verdadero líder, algo que sucedió 5 años más tarde, cuando nuevamente bajo las ordenes de Phil Jackson, Kobe pudo ser campeón en 2009 y 2010, por primera vez sin ser la sombra de O´Neal y obteniendo sus primeros MVPs de las Finales en ambos años.

Kobe Bryant finalmente se retiró tras 20 años de carrera en 2016, siempre ligado a esa convicción de ser el número 1, con una arrogancia, terquedad y obsesión por ser el mejor que lo convirtió en el máximo anotador en la historia de Los Ángeles.

En su partido de despedida ante Utah, no dejó pasar la oportunidad de mostrarle una vez más a Shaq, en una relación mucho más cordial, que él era una verdadera super estrella, pues tras haber apostado que no llegaría a los 50 puntos, Bryant se llevó la apuesta al finalizar el duelo con 60 en un momento que quedó para la posteridad.

Descanse en paz, Kobe Bryant.