La frase “he perdido otra oportunidad de estar en la final de Wimbledon, por tanto no puedo estar ni muy orgulloso, ni muy satisfecho“, de Rafael Nadal tras ceder ante el suizo Roger Federer en semifinales, sonó a triste despedida, después de un torneo en el que el de Manacor había sorprendido por el poder que había demostrado en rondas anteriores.
“No he jugado lo suficiente bien”, reconoció Nadal que al menos se va defendiendo los puntos que obtuvo el año pasado, al caer en esa misma ronda ante el serbio Novak Djokovic en cinco sets.
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“No se puede considerar un mal torneo”, sentenció el español que tiene la espada pendiente sobre su cabeza, porque si el suizo vence en la final del domingo a Djokovic le sobrepasará en la lista mundial y saldrá de Londres segundo.
Nadal, eso si, se va de la ciudad del Tamésis siendo el primer jugador que tiene el puesto asegurado para las Finales ATP, y regresará al O2, del 10 al 17 de noviembre.
“La verdad es que no sé quién quiero que gane”, dijo Toni Nadal sobre la final del domingo. “Lo que mejor nos iría es que se suspendiera“, bromeó quitando hierro el tío del ganador de 18 Grand Slams, que viajó a Londres junto con su hermano Miguel Angel para animar a su sobrino.