Alemania parte hoy hacia Rusia con el sueño de refrendar el título con un equipo que representa una mezcla de renovación y continuidad respecto al que obtuvo el título mundial hace cuatro años en Brasil.
La renovación se ve en que en la lista del seleccionador, Joachim Löw, faltan catorce jugadores que fueron campeones en Brasil.
Entre ellos hay algunos que pusieron fin a su carrera como internacionales, como Philipp Lahm, Per Mertesacker, Bastian Schweinsteiger, Lukas Podolski y Miroslav Klose.
Otros sencillamente no han dado el rendimiento necesario para ser convocados. El caso más notables es el de Mario Götze, que marcó el gol del triunfo en la final.
Sin embargo, si se piensa en la posible formación titular en Rusia se ve que hay un núcleo que se parece bastante el del equipo que tuvo éxito en Brasil, con Mats Hummels y Jerome Boateng como centrales, Toni Kroos, Sami Khedira y Mesut Özil en el centro del campo y Thomas Müller en la media punta.
Lahm, capitán en 2014, tiene un sustituto claro como lateral derecho que es Joshua Kimmich, un jugador que se ha convertido en uno de los inamovibles.
Kimmich se parece bastante a Lahm en su vocación ofensiva, que es incluso mayor, y en que cuando Alemania tiene la posesión del balón en ocasiones se integra a la línea de volantes y desplaza su posición un poco hacia al centro.
Otra novedad es Timo Werner, que probablemente será titular en la punta de ataque y que como tal deberá llenar el vacío dejado por Klose, que estará en Rusia como uno de los ayudantes de Löw.
Werner es un jugador diferente a Klose. No es un nueve puro. Aunque va bien al cabezazo su estatura no hace que el juego aéreo sea con él la primera opción para Alemania.
Las virtudes de Werner son ante todo la velocidad y la movilidad, lo que invita a esperar que Alemania tenga en Rusia un ataque bastante flexible, en el que en determinadas situaciones Müller o Marco Reus aparezcan también como centrodelanteros.
Werner y Kimmich pertenecen al grupo de jugadores que representan la renovación en el equipo alemán, mientras que hay otros que han regresado al equipo tras no haber estado en Brasil por lesión, caso de Reus, Mario Gómez -la alternativa a Werner en la punta de ataque- o Ilkay Gündogan.
We’re on our way! Proud, excited and motivated for the 2018 @FIFAWorldCup. Next stop: Moscow, Russia 😊💪🏻🇩🇪 #DesireToWin #ZSMNN #DieMannschaft pic.twitter.com/9CVe5aD05A
— Marc ter Stegen (@mterstegen1) 12 de junio de 2018
Con respecto a estos últimos, sin duda el que más expectativas despierta es Reus, uno de los jugadores con mayor talento en Alemania en los últimos años que al fin lograr llegar sin problemas físicos a un torneo de selecciones.
Hace cuatro años Reus sufrió una grave lesión en el último amistoso antes del Mundial. Tras ganar la final contra Argentina, los jugadores de Alemania le rindieron homenaje mostrando una camiseta suya ante las cámaras.
El camino la clasificación a Rusia 2018 no tuvo complicaciones para los alemanes, que ganaron sus diez partidos. En el camino, Alemania -con un equipo marcado por la renovación y en el que faltaban prácticamente todos los veteranos- ganó la Copa Confederaciones.
Sin embargo, el grado de confianza que había generado lo anterior se ha deteriorado un poco por las presentaciones en los últimos amistosos. Alemania estuvo cinco partidos seguidos sin ganar -con empates ante Inglaterra, Francia y España y derrotas ante Brasil y Austria- y luego logró una victoria poco convincente ante Arabia Saudí por 2-1.
En Alemania nunca se le ha dado mucho valor a los amistosos pero las últimas presentaciones han generado cierta intranquilidad de cara al debut el próximo domingo contra México y, sobre todo, frente a los retos que vendrán después.
La esperanza para los alemanes está en su tradicional capacidad para crecer partido a partido durante los torneos cortos que le ha permitido estar al menos en semifinales en todos los campeonatos del mundo desde 2002.