El conjunto de Cruz Azul vuelve a una final luego de cinco años y suma lo que será su sexta posibilidad de hacerse del título desde que se implementaron los torneos cortos que, de haberlos obtenido, ahora sería el equipo más ganador en el futbol mexicano.
Luego de llevarse el triunfo por 1-0 (1-1 global) sobre Rayados de Monterrey la noche de este sábado en su serie semifinal en el estadio Azteca, la Máquina Celeste vuelve a ser protagonista en un partido decisivo para hacerse del campeonato.
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De conseguirlo, pondrá fin a 21 años de fracasos, cuando en su momento estuvo cerca de alcanzar la gloria, pero todo terminó en solo conformarse con el subcampeonato, que para nada dejó satisfechos a directiva, cuerpo técnico, jugadores y afición.
La última ocasión en que Cruz Azul levantó el trofeo de campeón fue en el Torneo de Invierno de 1997 al vencer a Esmeraldas de León en el entonces Nou Camp, con penalti anotado por Carlos Hermosillo tras falta cometida por el arquero Ángel David Comizzo.
La hilada de derrotas en una final para el cuadro celeste comenzó en el Torneo de Invierno 1999, en un partido decisivo contra Tuzos de Pachuca en el estadio Azul, donde todo estaba listo para alzarse con el cetro.
Sin embargo, las fallas defensivas comenzaron a sucederse cuando en un descuido el argentino Alejandro Glaría les anotó el gol de oro con la cadera que a la postre significó el título para el 11 hidalguense y el subcampeonato para los celestes.
Tuvieron que pasar casi nueve años para que Cruz Azul volviera a una final y en el torneo Clausura 2008 le tocó confrontarse con Santos Laguna, pero la historia se repitió al quedarse en el camino y con el segundo subcampeonato.
En esa final la diferencia la marcó Daniel Ludueña, quien con su futbol y entrega, al igual que la de sus compañeros, terminaron con el sueño cruzazulino de hacerse del trofeo de campeón.
Al siguiente torneo, el Apertura 2008, el equipo de la Noria se instaló de nueva cuenta en la gran final, en la que tuvo que definir al ganador ante Diablos Rojos de Toluca, y la frustración se hizo presente otra vez.
El campeonato se definió desde los 11 pasos, pero con tan mala suerte que el arquero Hernán Cristante, hoy timonel del cuadro escarlata, detuvo el último disparo para, de esa forma, ponerle alto a las aspiraciones cruzazulinas de coronarse.
La malaria continuó en el torneo Apertura 2009 en la final que le tocó definir ante Rayados de Monterrey, donde la esperanza se acrecentó en todo el territorio cementero; sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba y se dio un tropiezo más en una final.
Con una gran actuación de Humberto Suazo, el conjunto regiomontano dio una muestra de buen futbol y con ello bastó para hacerse del título y dejar a la Máquina, una vez más, con el segundo lugar, lo que le valió ganarse el mote de “Subcampeonísimo”.
Sin embargo, la final que más se recuerda fue la que perdió ante el América en el torneo Clausura 2013, luego de llegar con una ventaja al estadio Azteca y quedar a segundos de coronarse, pero de nueva cuenta se dio lo que ya se había dado en llamar “Cruzazuleada”.
La frase fue creada por los adversarios celestes luego de que se hizo una costumbre el que en cada partido en el que tenía la ventaja era alcanzado en el marcador o le daban la vuelta en el último minuto, como ocurrió en esta final ante Águilas.
En ese partido en el estadio Azteca, una anotación del arquero americanista Moisés Muñoz llevó el encuentro a definir al campeón a través de los penaltis, en los que de nueva cuenta Cruz Azul se quedó en el camino.
Ahora, en este Apertura 2018, en lo que será su sexta final en torneos cortos, la oncena celeste espera poner fin a esa larga sequía de títulos, acabar con los calificativos despectivos que le pusieron y por fin levantar el título tras 21 años de no hacerlo.