Las mexicanas Zulina Muñoz y Esmeralda Moreno, campeonas mundiales de peso minimosca y supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) además de cumplir con su rol de boxeadoras e intercambiar golpes arriba del cuadrilátero, abajo del ring trabajan y se esfuerzan en educar a sus hijos.
En México y en algunos otros países, el 10 de mayo se celebra el Día de las Madres y en el deporte, en especial en el boxeo, hay muchas campeonas que multiplican su horas para cumplir como profesionales y madres.
“Mi madre se quedó en ‘shock’ cuando le dije que quería ser boxeadora. A ninguna mamá le gusta que le peguen a su hijos y sus hijas menos, aunque sea por deporte”, contó Zulina.
Muñoz, de 29 años, llegó al boxeo influenciada por uno de su hermanos y relató que su mamá le reiteraba a su hijo en cada oportunidad que tenía que el boxeo era peligroso y siempre le sugería el retiro, pero un día llega Zulina y le dice que quiere ser boxeadora. “Suficiente tengo con tu hermano”, respondió la madre.
Foto: Zulina Muñoz, boxeadora
Luego de 13 años como profesional, con 51 peleas, (48-1-2), siete años como madre, Zulina ya piensa como una madre y dice que a ella tampoco le gustaría que Dylan, su hijo, fuera boxeador. “Si llego tener una hija, mucho menos, pero si ellos decidieran hacerlo los apoyaría como sucedió con mis padres”.
Aunque reconoció que al igual que pasaba con su hermano, su madre cada vez que puede le pide que se retire.
Zulina explicó que el boxeo, aunque le ha dado todo lo que tiene, exige grandes sacrificios y esfuerzos a sus practicantes tanto en lo sentimental como en lo físico, un camino por el que no quisiera que pasara su hijo.
Muñoz, quien el sábado cumplirá la décimo primera defensa de su título en Cancún al enfrentar a la mexicana Guadalupe Martínez, explicó que el boxeo y ser madre son disciplinas que exigen una entrega el máximo esfuerzo.
“Dentro del ring tu vida, tu salud y tu integridad dependen de ti y tienes que estar al 100 por ciento en todos los sentidos y ser madre es igual pero en ese rol alguien depende de ti; las dos te brindan satisfacciones incomparables como conquistar un título o ver crecer a tu hijo”, contó la “Loba”, nombre de batalla de Zulina.
La versión de Esmeralda Moreno no es distinta a la de su colega. La “Joya”, como apodan a Moreno, relató que para salir adelante con el cuidado de su hija Valentina, de cuatro años, sus padres y en especial su madre, cumplieron un apoyo fundamental.
Foto: Esmeralda Moreno, boseadora
“Aunque a mi mamá no le gustó para nada que yo le dijera que iba ser boxeadora. Ella me recomendaba que mejor estudiara, pero me aferré a mi sueño y ahora ella es quien me apoya; es mi nutrióloga, mi consejera, mi masajista y hace todo para ayudarme”, contó Moreno.
Como todas las abuelas en este país, la madre de Esmeralda se ocupa de su hija cuando tiene que “salir a trabajar”, sea a un entrenamiento o a una pelea.
“Todo lo que hago es para ella y por darle un buen futuro y un gran ejemplo (…) ser madre es como ser campeona para toda la vida”, explicó Moreno, de 29 años y quien presume de 12 como profesional en los que acumula 45 peleas (35-9-1).